Hay que construir una nueva Palma, por lo que nada mejor para empezar que preguntar a expertos en urbanismo, medio ambiente, economía y sociología sobre cómo tendría que ser. Es lo que hará el Ayuntamiento y el Colegio de Arquitectos durante las Jornadas sobre la Estrategia del Modelo de Ciudad, que se celebrarán la próxima semana y donde se sentarán las bases del planeamiento urbanístico de las próximas dos décadas.

La futura ciudad tiene el reto de "combatir las desigualdades sociales y el cambio climático, y orientar el modelo económico hacia la creatividad, el diseño y la innovación para diversificar el actual", centrado en el turismo y el sector servicios. Lo explicó ayer el concejal de Modelo de Ciudad, Antoni Noguera, en la presentación de las ponencias y mesas redondas de los próximos días 17, 18 y 21.

Con estas conferencias, Cort podrá dibujar las líneas maestras del Plan General de Ordenación Urbana, que elaborará durante el próximo año. La primera jornada estará centrada en la estrategia económica, la segunda versará sobre el medio ambiente y en la última se incidirá en el modelo social. Bajo el lema 'Tejiendo complicidades', Palma se mirará en algunos casos en el espejo de Barcelona, ya que destacados ponentes han puesto en práctica en la Ciutat Comtal un cambio de modelo para conseguir que sea una urbe más sostenible.

Las supermanzanas

El director general de Urbanismo del Ayuntamiento, Biel Horrach, puso como ejemplo el proyecto piloto del director de la Agencia de Ecología Urbana, Salvador Rueda, una iniciativa conocida como supermanzanas en la que incorpora zonas verdes y una nueva movilidad en la ciudad. "Está exportando este modelo a otras urbes, adaptando el tipo de intervenciones en función de las necesidades y el contexto", como destacó Horrach, para quien se trata de "una importantísima aportación desde el punto de vista medioambiental".

El director de Urbanismo cree que en Palma sería necesario aplicarlo para dar respuesta a los efectos del cambio climático. "La ciudad se debe ir adaptando a la subida de las temperaturas en el centro -el llamado efecto 'isla de calor'-, donde hay entre cuatro y cinco grados más que en los barrios del entorno", incidió. "El reto marcado en la cumbre de París es que las temperaturas solo suban dos grados", por lo que "aquí hay que ver cómo podemos trabajar desde el urbanismo para hacer la ciudad más habitable", en palabras del experto.

Otro ámbito en el que actuar es en la reducción de las emisiones de CO2, "no solo en cuanto al tipo de producción energética, sino también en la movilidad. Si los usos residenciales, laborales y de servicios están separados, los ciudadanos deben desplazarse en coche, por lo que el urbanismo debe trabajar hacia una ciudad cohesionada y de proximidad", concluyó Horrach.

Hacia la rehabilitación

La decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears, Marta Vall-Llossera, apuesta además por "centrar el planeamiento en los espacios existentes" con el fin de potenciar "la rehabilitación, la regeneración y la renovación, siempre bajo los parámetros de la sostenibilidad y la cohesión social", según resaltó.

Lo que está claro es que el nuevo urbanismo de Ciutat "no estará vinculado a los poderes fácticos, sino que participará todo el mundo para construir la Palma del futuro, una ciudad moderna, europea, sostenible y con una economía creativa", recalcó el concejal de Urbanismo de Cort, Antoni Noguera, sobre el boceto que dibujarán en las Jornadas sobre el modelo de ciudad.