Nueva polémica a cuenta de la utilización de simbología religiosa en instituciones civiles y actos públicos. El PP del Ayuntamiento de Palma ha propuesto que el equipo de gobierno se comprometa a mantener abierto el Ayuntamiento hasta que acabe la procesión del Jueves Santo y que, en el balcón de Cort, haya una representación institucional "como muestra de respeto a los vecinos de Palma que participen en esta festividad".

La propuesta de los conservadores, que fue rechazada ayer en la comisión del pleno por el equipo de gobierno, incluye también el compromiso municipal de engalanar el balcón del Ayuntamiento con damascos, como se hace en los días señalados, coincidiendo con la fiesta del Corpus. Asimismo, los conservadores insisten en que Cort se comprometa a mantener las partidas presupuestarias relacionadas con actividades que se realizan coincidiendo con la Semana Santa y la fiesta del Corpus.

Todo ello a pesar de que el concejal de Cultura y Memoria Histórica, Miquel Perelló, tal como ya hizo en el pleno de aprobación de los presupuestos para el próximo año, insistió en que no solamente se mantienen las partidas de gastos relacionadas con estas fiestas, sino que su cuantía, fijada en 46.700 euros, se incrementa en unos 6.000 euros en relación a la media de los años anteriores.

La proposición presentada por el grupo conservador y defendida en comisión por el concejal Xavier Bonet pretendía también que el pleno "muestre su respeto y apoyo a las fiestas de Semana Santa y del Corpus". Si bien inicialmente el concejal Perelló propuso la posibilidad de llegar a una redacción consensuada con la propuesta, añadiendo en el primer punto "respetando a todos los ciudadanos, tanto a los que celebran estas fiestas como los que no", finalmente no fue posible el acuerdo. El concejal Perelló justificó su rechazo "porque no queremos que la religión sea utilizada como arma política y de enfrentamiento entre los ciudadanos". Afirmó asimismo que, en cuanto al respeto, "el Ayuntamiento y el alcalde harán lo que tengan que hacer" y recordó que los últimos alcaldes y consistorios han actuado de diferente forma el Jueves Santo.

En tiempos de Joan Fageda, Cort invitaba a las autoridades a presenciar la procesión desde la cristalera situada debajo del balcón de Cort y ofrecía un refrigerio. Aina Calvo eliminó esta costumbre, aunque se mantuvo la entrega del ramo de flores al paso del Crist de la Sang.

Por último, Mateo Isern se desplazaba a la Sang a saludar a los cofrades antes de salir la procesión. Por el Corpus, Aina Calvo eliminó la bajada de banderas al paso de la custodia y el anterior Consistorio incorporó de nuevo esta costumbre.