Tres miembros del equipo de escoltas del alcalde, entre ellos el jefe del grupo, han elevado un informe interno a la Jefatura de la Policía Local en el que contradicen las declaraciones efectuadas por Guillermo Navarro, exconcejal de Seguridad Ciudadana, en el sentido de que nunca tuvo conocimiento de que estos agentes hubieran recibido amenazas de muerte tras sus investigaciones sobre la trama corrupta en el seno del cuerpo. La conclusión de este informe es clara: el exedil miente, los agentes le informaron repetidas veces sobre el acoso y las amenazas que sufrieron, y no hizo nada al respecto.
DIARIO de MALLORCA publicó en exclusiva el pasado sábado que varios agentes de la Policía Local, miembros del grupo de protección del alcalde, habían sido amenazados de muerte, presuntamente por los integrantes de la trama corrupta, después de que Isern les encargara que participaran en la investigación. Estos policías habían denunciado el acoso al que les sometieron algunos compañeros, luego imputados en el caso "Sancus", con comentarios como "hay que sacar a esos putos rojos de la escolta". Posteriormente, los coches de dos de ellos aparecieron con dianas pintadas en los parabrisas.
"Ninguna denuncia"
Preguntado sobre estos hechos el pasado viernes, Guillermo Navarro, exedil de Seguridad Ciudadana de Cort y responsable de la Policía Local la psada legislatura, respondió de forma tajante: "En ningún momento tuve conocimiento de que estos policías hubieran sido amenazados. A mí no me llegó ninguna denuncia oficial ni ningún comentario al respecto. Y si alguien dice lo contrario, lo negaré".
Estas declaraciones causaron la indignación del grupo afectado. El pasado lunes, el oficial y dos de los agentes remitieron un informe interno a la Jefatura de la Policía Local en el que desmentían al exedil.
En este informe interno los agentes realizan un repaso cronológico a los hechos que desembocaron en las amenazas de muerte a dos de ellos, y rememoran cómo estas amenazas fueron denunciadas en el juzgado de guardia y ante sus mandos.
Los autores del informe insisten en que varios de ellos informaron repetidas veces al exconcejal, tanto en el patio del cuartel como en Cort, de las amenazas y coacciones que venían sufriendo, presuntamente por miembros de la trama de corrupción policial. Guillem Navarro no hizo nada por tratar de solucionar el problema.
Dianas en el parabrisas
La difícil situación por la que han atravesado los agentes del grupo de escoltas del alcalde comenzó en 2013. La Guardia Civil y la Policía Nacional habían comenzado una investigación conjunta, denominada "operación Sancus", sobre diferentes irregularidades detectadas en el seno de la Policía Local. Los escoltas, agentes de confianza del alcalde, recibieron el encargo de Isern de participar en la investigación de la trama. Dos de ellos encontraron, pasado un tiempo, sendas dianas pintadas con rotulador en los parabrisas de sus coches, aparcados en las proximidades del cuartel de Sant Ferran.
Durante la desarticulación de una banda vinculada a los Ángeles del Infierno en Palma se había descubierto la implicación de varios policías locales. De ahí los investigadores averiguaron una trama para amañar los exámenes de promoción interna en la Policía Local, un escándalo que le costó el puesto al entonces intendente jefe, Antonio Vera, y al delegado de Seguridad de Cort, Enrique Calvo.
Las investigaciones posteriores sobre el caso descubrieron todo un entramado de presunta corrupción en el cuerpo, con agentes que favorecían a determinados empresarios de la noche de s'Arenal y Palma a cambio de dinero o favores sexuales, o que extorsionaban a otros.
Por ahora hay ocho agentes en prisión y al menos una treintena de imputados, entre ellos tres de los últimos jefes del cuerpo y el exconcejal Navarro.
