Venden ´Utopías de segunda mano´, como reza un cartel en la entrada de Marginàlia. Buscan una oportunidad para libros, vestidos, muebles, vidas, utopías (dice el folleto) y todo aquello que llegue a la nave de Can Gazà situada en la calle Asival 4, del polígono de Can Valero. Llevan allí medio año tras haber tenido que abandonar sa Casa Llarga después del encadenamiento que realizó Jaume Santandreu el pasado febrero debido a que los propietarios de la finca quisieron recuperarla.
"La finalidad de este espacio es que los miembros de Can Gazà colaboren, además de motivarlos para que se sientan útiles", según explica el responsable del taller en el que actualmente participan Manel, Pep y Kiko. "Tratamos de inculcarles unos hábitos que, al mismo tiempo, les permiten aprender, salir de la rutina diaria y sentirse realizados", dice Emilio Contreras refiriéndose a que, "si han arreglado un mueble y ven que después se vende, es una motivación para ellos".
Cambio beneficioso
Pese a la polémica por tener que abandonar sa Casa Llarga, "el cambio ha sido beneficioso", tal como asegura. "Estamos más resguardados y los artículos que vendemos están más ordenados y centralizados, ya que antes la ropa se encontraba en un sitio, los libros en otro y los muebles en otro", recuerda el responsable de la nave de Can Valero. Además, tienen de forma permanente -antes era temporal- el espacio de Els Encants, con objetos de mayor calidad que en el resto de la tienda y antigüedades.
De este modo venden "más que antes", aunque lógicamente también ha influido que ahora tienen un horario más amplio, ya que sa Casa Llarga solo abría los viernes, sábados y domingos, y la nave de Marginàlia está abierta de lunes a jueves de 9 a 12 horas, los viernes y sábados de 9 a 13,30 y de 16 a 19,30 horas, y los domingos de 9 a 13 horas.
