La basílica de Sant Francesc estará en obras, como mínimo, durante el próximo año y medio para renovar toda la cubierta del templo. El tejado se encuentra en pésimo estado de conservación y ha provocado filtraciones de agua en el interior del edificio.

Las deficiencias en la cubierta fueron detectadas hace poco más de un año. Aunque las obras eran prioritarias, los franciscanos no disponían de suficiente dinero para iniciarlas. En el último año se han dedicado a buscar financiación y de momento han conseguido fondos para comenzar con la reforma del tejado.

La intervención en el templo gótico -que se terminó de construir en 1317- contará con dos fases. La primera se dedicará a arreglar la cubierta y las tejas del templo, que actualmente se encuentra en muy mal estado de conservación. Esta fase tendrá una duración aproximada de 18 meses y empezará este mes de noviembre. La segunda fase -para la que todavía no han logrado dinero suficiente- se centrará en reforzar los muros laterales del templo para evitar también filtraciones, ya que también hay vitrales por los que se cuela agua.

Los franciscanos -que son los promotores de la rehabilitación- se han afanado en encontrar los 1,1 millones de euros del total de la obra. De momento han logrado tres fuentes de ingresos. Por un lado, el Consell de Mallorca ha subvencionado los trabajos con 150.000 euros debido a su valor patrimonial y arquitectónico. La familia March también ha aportado 150.000 euros a la causa. Y, por último, el Obispado de Mallorca ha concertado un préstamo bancario por valor de 600.000 euros. La diócesis asumirá los intereses del préstamo para aliviar de esa carga a los religiosos franciscanos.

Sin embargo, esas cantidades no completan el coste previsto de las obras. Todavía faltan 200.000 euros por recaudar. Los frailes solicitan la colaboración de los feligreses, exalumnos del colegio y ciudadanía en general para lograr el dinero restante y para ello han habilitado dos cuentas bancarias a las que remitir los donativos.

Abierta al público

A diferencia de lo que sucedió con las obras en la iglesia de Sant Miquel, durante el tiempo que dure la rehabilitación, el templo podrá continuar con su actividad normal y no tendrá que cerrar al público. El grueso de las obras de sustitución de las tejas se realizará desde el exterior.

Las obras de restauración de la cubierta y los muros laterales coincidirán con la celebración del año Ramon Llull, en la que la basílica será un espacio protagonista. En una de sus capillas del ábside está el sepulcro del erudito mallorquín -una obra de Francesc Sagrera que data de 1487- y la restauración del templo servirá para que el edificio luzca en condiciones.