Tanto los partidos como las asociaciones a favor y en contra del derribo del monumento de sa Feixina condenaron ayer los altercados que se produjeron el domingo en la ofrenda floral a las víctimas del hundimiento del crucero Baleares. Sin embargo, la plataforma que organizó el acto, Hazte Oír, no se pronunció sobre la agresión de un asistente a un joven que exhibió una bandera republicana, sino que denunció "la falta de respeto a la memoria histórica de algunas personas, tanto en la ofrenda como en el muro de la memoria", situado en el cementerio. Esta plataforma ultraconservadora se refiere a que "portaban emblemas de confrontación" y considera que intentaban "boicotear el acto multitudinario y pacífico de sa Feixina".

Pese a que, para la asociación Memòria de Mallorca, "sacar la bandera republicana ha sido un grave error", incidió en que el domingo "se exhibieron símbolos de la Falange y algunos gritaron 'asesinos, asesinos' en cuanto vieron la tricolor y reaccionaron violentamente", como enumeró Marçal Isern, vocal de la entidad que lucha por la demolición del monolito. Escuchar estas y otras injurias, como 'independentistas, al foso', según afirmó una señora, "no tiene consuelo", en palabras de la presidenta, Maria Antònia Oliver, que ha recibido llamadas de víctimas del franquismo que "se sienten desamparadas" tras lo sucedido. "No se puede meter en el mismo saco a todas las víctimas de la Guerra Civil, porque unas todavía están sin identificar en las cunetas y otras son enaltecidas en actos como este", advirtió.

"Oxígeno al extremismo"

Por ello, Memòria de Mallorca exige una "condena unánime de todos los partidos del Parlament; que se identifique y actúe contra los agresores de quien sacó la bandera, un hecho del que los organizadores son responsables; y que ARCA recapacite respecto a su reclamación de conservar el monolito, ya que están dando oxígeno a la extrema derecha", tal como lamentó Marçal Isern.

La asociación que vela por la protección del patrimonio cree que ha sido el Ayuntamiento quien "ha encendido un fuego del que se aprovecha el extremismo y el sectarismo", alegó Àngels Fermoselle. Denunció que "el patrimonio era lo último que le importaba a la derecha ultraconservadora que el domingo se vio en sa Feixina. Estas personas, en las antípodas ideológicas del trabajo de ARCA, tan solo buscan autopropaganda a costa de lo que sea", según criticó.

La vicepresidenta de la entidad proteccionista recordó que "la contextualización realizada por Aina Calvo y Nanda Ramon [cuando en 2010 se eliminaron los símbolos franquistas y se colocó una placa en el monumento para 'no olvidar los horrores de las guerras y las dictaduras'] logró la unanimidad de los representantes políticos y ahora la destrucción del consenso ha provocado hechos lamentables". Por último, Fermoselle se preguntó "cómo es posible que se haya convocado un acto de estas características. Dudo de que la Ley de Memoria Histórica lo permita", afirmó en referencia a los congregados en el parque de sa Feixina.

Para el equipo de gobierno de Cort, en dicho encuentro se hizo "una clara apología del fascismo, que nada tiene que ver con la práctica legítima de la libertad de expresión". Explicaron en una nota de prensa que fueron unos hechos que, además, "derivaron en violencia verbal y física por parte de algunos participantes contra aquellas personas que, libremente, expresaron su discrepancia" con el acto.

El gobierno del Pacto en el Ayuntamiento quiso hacer ayer "un llamamiento a la unidad y el consenso contra todo tipo de violencia, al respeto y la concordia entre las diferentes maneras de opinar y/o pensar y, sobre todo, a la defensa persistente de los valores democráticos", ya que "no se pueden tolerar actos que supongan el enaltecimiento del fascismo o de cualquier ideología que atente contra los principios democráticos de convivencia y participación".

El Partido Popular, "como no podía ser de otra manera en un partido democrático", criticó los altercados y "cualquier acto de violencia, venga de la ideología que venga", según un portavoz. Respecto a la presencia en la ofrenda de la exdiputada del PP Ana María Aguiló, esgrimió que "ella no es el PP y el partido no participó ni organizó nada, por lo que acudió a título personal". Para finalizar, el portavoz indicó que los conservadores siguen defendiendo el mantenimiento del monumento, una postura que "no tiene nada que ver con lo ocurrido el domingo".

La coalición Més reprochó al PP que hubiese "miembros de su partido" presentes en el acto, que los ecosoberanistas tildaron de "exaltación fascista" debido a la "presencia de la bandera de la Falange Española, los gritos de apología de la violencia y las agresiones", unos hechos que son "totalmente inaceptables en una sociedad democrática". De igual modo se expresó el PSOE, quien también recordó la presencia de Ana María Aguiló y el excargo del PP Jorge Campos, del Círculo Balear. "Fue un acto en el que se enalteció el pasado reciente más vergonzoso y antidemocrático de este país", lamentó sobre lo que califican de "atentado contra la memoria de las víctimas". El Pi cree que fue "una provocación" y argumenta que hechos como este "justifican el posible derribo" del monumento.