Los muertos tiran de los vivos. Los que ya no están reciben más flores que en toda su vida. La tradición de depositar rosas, gladiolos, lirios, crisantemos, en tumbas, nichos y capillas da vida a uno de los puntos neurálgicos de la ciudad, La Rambla, que estos días aumentan ventas. Con todo, la percepción es dispar. Mientras para unos, se nota más alegría entre los clientes, para otros floristas la tónica a la baja se mantiene.

"Hace años que no subimos precios, y a nosotros, en cambio nos han aumentado el del producto", se queja Cati Cañellas, una florista con mucha experiencia tras su paso de más de quince años por La Rosaleda, una de las floristerías más importantes de Palma. Los últimos dos años ha despachado flores en un puesto de La Rambla.

Ella cifra el incremento entre un 25 y un 50 por ciento en algunas flores; entre las que más han subido precios están las gerbera, "y las seguimos vendiendo a 2 euros, el mismo precio que en los últimos años".

Lógicamente, admite que "es uno de los días que más trabajo tenemos, pero no se vende todo ni mucho menos". Ella se queja de la "competencia de las grandes superficies porque jamás podremos competir con quienes compran grandes cantidades saliéndoles el producto más barato que el pequeño comerciante, que puede adquirir menos material".

El gasto medio de flores, según calcula la patronal, será este año de unos veinte euros. Las rosas, que de año en año va siendo más solicitada frente aflores tradicionales como claveles, clavellina, gladiolos o flores exóticas, se las encuentra por 2,50 o 3 euros. Una cliente se queja del precio.

"Ahora lo que hacen muchos es comprar una sola flor para depositarla en la tumba, cuando antes compraban el ramo entero", comenta un ayudante en un puesto vecino.

"Tiene mano con las flores", asegura una clienta, Paula Ferrer, que repite este año en el puesto de Flors Marga al describir a Maria Sastre Vallespir, cuarta generación en el negocio.

En su kiosko sobresale un letrero enorme: "Buenos precios. Gangas", se lee. "Lo hemos puesto para animar la venta. No hemos subido precios. Van viniendo a rachas, pero estoy contenta porque la venta está yendo muy bien. Teníamos la cámara llena y está casi vacía", aseguró la vendedora.

Entre sus ofertas, un ramilletes de rosas pequeñas a 9 euros. Quien lo compra ahorra poco más de un euro. Los crisantemos siguen siendo los reyes de los difuntos. Los precios de las macetas oscilan entre los 15 y 20 euros. "Pero se llevan de todo", subraya Maria mientras concluye un arreglo.