"Tendremos en cuenta las opiniones de todos y no haremos nada hasta que el Consell no se haya pronunciado sobre el monolito de sa Feixina. No tenemos ninguna prisa, lo haremos bien, pero lo haremos". Así finalizó su intervención en el pleno el concejal de Cultura y Memoria Histórica, Miquel Perelló, en relación al monumento a los fallecidos en el hundimiento del crucero Baleares situado en sa Feixina. La demolición del monolito, decidida por el equipo de gobierno de Cort para cumplir con la Ley de la Memoria Histórica, volvió a centrar el debate en el pleno ordinario de ayer.

La moción de Arca, presentada a través de los grupos municipales del PP y Ciudadanos, en la que se pedía el mantenimiento del monumento o la convocatoria de una consulta popular antes de adoptar una decisión definitiva, fue rechazada por el tripartito de Cort, que cuenta con el apoyo de la Federació d´Associacions de vecinos, Unitat Cívica per la República, Memoria de Mallorca y otras 57 asociaciones memorialísticas.

En el pleno de ayer también intervino a favor de la demolición Francisco Ferrer, de 86 años, superviviente de la denominada "carretera de la muerte".

A favor del mantenimiento del monumento alzaron sus voces, además de Àngels Fermoselle, en representación de Arca; Francisco Nogales, de la asociación de vecinos de la Platja de Palma y s´Arenal; Jaime Horrach, de la asociación de vecinos de Santa Catalina, quien dijo que ya habían recogido 2.000 firmas; y Pere Felip, dirigente vecinal de la misma barriada.

La portavoz del PP, Margalida Durán, recordó que la demolición no estaba en el programa de los partidos que conforman el equipo de gobierno por lo que estaríamos ante "un fraude" y Josep Lluís Bauzá, de Ciudadanos, aseguró que el tripartito carece de "mayoría social para demoler este monumento".