La CUP de Palma respalda la decisión del equipo de gobierno de Cort de derribar el monolito de sa Feixina, que se levantó en recuerdo de los 786 fallecidos, muchos de ellos mallorquines, de la tripulación del crucero Baleares, de la flota franquista, y que perdieron la vida durante la Guerra Civil española.

Los portavoces en Ciutat de la Candidatura d'Unitat Popular explican en un comunicado que los monumentos forman parte del "universo simbólico de una sociedad" y se convierten en un "sistema de comunicación de principios morales". El de Palma se erigió durante la dictadura del general Franco con la intención de "imponer una memoria en un espacio público y convertirla en socialmente hegemónica", por lo que lo convierte "en un títere sujeto a las connotaciones que el entorno le puede atribuir", tal como argumentan.

Según la CUP, el monolito de sa Feixina es "símbolo de la brutal represión que sufrieron tantos mallorquines por sus ideas y a los que este monumento, expresión de la megalomanía fascista del pasado, humilla doblemente".