"Hasta hace una década, quien tenía un chalé o un adosado con algo de terreno lo destinaba a plantar un jardín con césped y flores. Ahora dedican una parte a crear un pequeño huerto. Los urbanitas quieren ser payeses", afirma el dueño de Can Juanito, Francesc Mulet. En este vivero centenario de Son Ferriol han notado el cambio de tendencia con la crisis, ya que ha bajado la venta de productos relacionados con la jardinería y "hay un cierto incremento del sector agrícola", tanto por parte de profesionales como de particulares.
Los aficionados procedentes de Ciutat muchas veces acuden a Can Juanito "desinformados por internet", por lo que en el gran establecimiento ubicado en la carretera de Manacor tratan de asesorarles sobre qué es mejor para cada época del año. "Ahora toca hacer régimen -bromea el responsable- y sembrar cultivos de hoja, es decir, lechugas, coles, endivias, espinacas, etc." De todos modos, matiza que siempre hay excepciones, porque "si alguien tiene un balcón en Ciutat que está orientado al sur y le da mucho el sol, a lo mejor puede salir bien plantar una tomatera, a pesar de que la temporada habitual es la primavera".
Can Juanito fue pionero en ofrecer cursos de agricultura a los no iniciados -sigue haciéndolo todos los jueves- y la idea surgió hace ocho años gracias a una anécdota. Cuenta el gerente, Joan Sastre, que un ejecutivo trajeado estaba comprando varias plantas hortícolas y les preguntó a él y al dueño: "¿Qué herramienta tengo que usar para sembrar esto?" El desconocimiento generalizado les llevó a impartir talleres de pago cada semana sobre temas diferentes, como por ejemplo el injerto en los árboles frutales, la poda del olivo o el abono para huertos y frutales, que son los próximos que habrá.
El negocio se reorientó por la crisis económica, que afectó al sector de la construcción, lo que provocó que disminuyesen los encargos de jardinería, tanto en la obra pública como privada. Sin embargo, el cada vez mayor "interés de los palmesanos por volver a la payesía, muchos de ellos hijos de agricultores", destaca Mulet, ha permitido "cambiar hibiscos por tomateras y cipreses por árboles frutales", tal como añade Sastre.
El propietario de Can Juanito, un negocio que hoy cumple 105 años, está contento con la vuelta a la horticultura, ya que "es más satisfactorio" y son sus orígenes desde que de niño acompañaba a su padre a comprar a la antigua tienda existente en la vía Sindicat, cuando no podía imaginar que el comercio de semillas acabaría siendo suyo.
Merienda y descuento
Para celebrar el aniversario, hoy y mañana habrá un descuento del 10% en todas las plantas, así como una merienda a base de pan con sobrasada y coca de trempó. Mulet está seguro de que, como cada fin de semana, las plantas más demandadas van a ser las aromáticas, como dice señalando "la zona más rentable del vivero".
Lo que han dejado de vender completamente son palmeras. "El picudo rojo ha hecho perder el interés por ellas". Todavía no han padecido las consecuencias del llamado ébola del olivo, una enfermedad que están sufriendo diversas zonas del Mediterráneo, por lo que aconsejan a quienes quieran un ejemplar de olivo que lo compren "con pasaporte fitosanitario".
