El histórico edificio Can Roca Suau está amenazado de nuevo. La piqueta se cierne sobre este inmueble de mediados del siglo XIX conocido por albergar una antigua industria de licores y conservas. El reciente derribo de la finca colindante, en la plaza Porta Santa Catalina, y el cambio de propietario este mismo año hacen temer lo peor a la entidad proteccionista ARCA, que exige al gobierno del Pacto en Cort que lo catalogue inmediatamente y demuestre con hechos el primer acuerdo del equipo tripartito: "dar prioridad a la protección de los edificios históricos", tal como manifestaron los tres líderes del Pacto en un encuentro frente a la demolida Can Bibiloni.
El interés del edificio ahora en peligro está explicado en un artículo de la historiadora Apol·lònia Nadal bajo el título La antigua fábrica de Can Roca Suau, un patrimonio a preservar. Señala que se trata de "un valor indudable en sí mismo, tanto por sus elementos exteriores como interiores, debido a que es una muestra representativa de la arquitectura urbana de mediados del XIX. Pero además, con él se perdería una parte del patrimonio industrial, tan desprotegido y poco valorado". El documento detalla que aún se mantienen los elementos constructivos y decorativos que se empleaban en las casas burguesas -situadas en las plantas superiores-, entre ellos mosaicos hidráulicos y una gran escalinata con barandilla de caoba. El industrial Bartomeu Roca Estades ordenó construir el inmueble para albergar en los dos pisos inferiores su pionera empresa de conservas.
"Se podría ejecutar un buen proyecto de reforma si estuviese en manos de un arquitecto con sensibilidad por el patrimonio, ya que hay unas viviendas enormes que podrían ser de lujo", tal como destaca el vicepresidente de ARCA, Josep Masot, miembro de la comisión de Centro Histórico del Ayuntamiento. Este órgano encargado de aprobar todos los proyectos que se desarrollan en el casco antiguo ha rechazado, por el momento, las diferentes propuestas de demolición de la anterior promotora del inmueble. Los arquitectos, los hermanos García-Ruiz, pretendían ejecutar una finca con arcadas como las que hay en el paseo Mallorca.
El solar colindante
La promotora vendió este año Can Roca Suau y, según vecinos del barrio, ha sido adquirido por la empresa que ha derribado el edificio colindante. El proyecto arquitectónico del solar -que se ubica entre la antigua fábrica y la biblioteca Can Salas- también está firmado por los García-Ruiz y, en un principio, contemplaba las mismas arcadas planteadas en el inmueble que ARCA exige proteger, aunque la comisión de Centro Histórico rechazó dicha propuesta.
La principal preocupación de la asociación proteccionista es que "el único edificio que queda en la plaza que le da autenticidad se encuentra en mal estado y puede existir la picaresca, por parte de la promotora, de dejar que su estructura se continúe debilitando para, con el tiempo, favorecer la declaración de ruina y que sea derribado".
