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Sa Torreta

La visión comunal de la televisión

Afinales de los años 90 del siglo pasado, los bares de Palma con televisión por satélite se llenaban para ver los partidos de fútbol que se ofrecían...

Ver la tele a través del escaparate de una tienda de Palma.

Afinales de los años 90 del siglo pasado, los bares de Palma con televisión por satélite se llenaban para ver los partidos de fútbol que se ofrecían en la modalidad de pago por visión. La reunión de espectadores se recuperó, algo que no se veía desde los años 60, cuando los aparatos en blanco y negro solo estaban en algunas cafeterías, escaparates y en los hogares de los más pudientes.

Un fenómeno similar se produjo en 1990 cuando nació Canal+. El porno codificado se veía en la intimidad del hogar, pero el partido de la semana se compartía entre cafés, copas y el humo del tabaco, que aún se permitía en los locales públicos.

En 1983 nació TV3, pero aún no era visible en Mallorca. El día que tocaba partido del Barça se producían peregrinaciones de palmesanos a algunos puntos de la Serra de Tramuntana, donde se captaba débilmente la señal de la televisión catalana.

Siguiendo con esta regresión en la historia de las emisiones, en 1975 llegó a España la tele en color. Los bares aprovecharon la oportunidad para atraer a clientes que ya no debían esforzarse para distinguir si la camiseta era blaugrana o rojinegra.

TVE inició sus emisiones en octubre de 1956 y tuvo su primer gran éxito en 1959 con la transmisión en directo de un Real Madrid-Barça. La señal llegó a Mallorca en los primeros años 60 a través de Alfàbia. Un televisor era tan caro que no estaba al alcance de todos. Un bar, el escaparate de una tienda o los llamados teleclubes eran la solución para ver los programas hasta que el televisor llegaba a casa entre aplausos de la familia y pasaba a ocupar un lugar preferente.

La televisión ha individualizado espectáculos colectivos como el fútbol o el cine. Sin embargo, en algunos momentos de su historia generó un nuevo fenómeno de socialización. Podía darse en casa del vecino que ya había comprado el aparato, en el bar del barrio o, como en el caso de la decena de espectadores fotografiados por Torrelló, ante el escaparate de una tienda de electrodomésticos de Palma para seguir las incidencias de un partido de fútbol. La tele aún era útil para socializar.

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