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Movilización

"En s'Arenal no se puede vivir así"

Una vecina se reúne el próximo martes con José Hila para pedirle que ponga freno al incivismo de Platja de Palma - Ha recogido unas 500 firmas en 2 semanas

Margalida Serra enseña las firmas que entregará este martes al alcalde José Hila.

Los vecinos de la Platja de Palma mantienen su enfado tras otro verano en el que han sufrido las consecuencias el turismo de borrachera. El incivismo, el ruido, la suciedad, la falta de seguridad o la degradación de las calles son algunos de los problemas que se están enquistando en s'Arenal desde hace años. Y, según los residentes, la situación cada año va a peor.

Margalida Serra es una vecina que vive desde hace 40 años en s'Arenal. Antes comerciante, ahora jubilada. Se ha propuesto concienciar a los políticos del Ayuntamiento de Palma para que conozcan el sinvivir que implica tener una casa en la principal zona turística del municipio.

En cuestión de dos semanas ha recopilado casi 500 firmas de vecinos molestos. "No he ido de casa en casa. Dejé unas cuantas hojas en la farmacia, el bar o la panadería y se llenaron en seguida. Hay muchas ganas de protestar, porque no podemos seguir viviendo así", explica Serra.

El martes que viene tendrá la oportunidad de charlar durante veinte minutos con el alcalde de Palma, José Hila (PSOE), para presentarle sus quejas. Es la primera vez que esta residente se moviliza para lograr un cambio en s'Arenal. "Ha llegado un momento en que, si no nos podemos todos manos a la obra, no mejorará la zona", declara.

Serra explica que nunca sale a pasear a partir de las diez de la noche. "Conozco a vecinos que no quieren llevar a sus nietas a tomar un helado por aquí para que no vean según qué espectáculos. En los últimos años ha ido a peor, porque los turistas que vienen no cumplen las normas y encima se ríen de nosotros. Algunos, cuando les miras, se bajan los pantalones", comenta.

La falta de asistencia policial es otra de sus quejas. "Los agentes deberían hacer cumplir las normas. Pocas veces se ven policías a pie y los que pasan en coche o moto no se bajan del vehículo. La gente ya no se cree lo que hacen. Aparece en los periódicos que les han quitado el material a los vendedores ambulantes, pero al día siguiente siguen ahí", apunta.

En cuanto a la suciedad, no le pedirá al alcalde Hila más refuerzos en la limpieza, sino un mayor control sobre el incivismo. "Si las calles están sucias, no será porque Emaya no limpie. Cada día hay un montón de gente quitando basura. El problema está en no ensuciar", afirma. Serra también se queja de los numerosos edificios en estado de abandono, sobre todo en la carretera militar. Algunos de ellos están ocupados y causan inseguridad a los residentes.

"Espero que el alcalde se preocupe y se involucre para intentar solucionarlo. Este año ha habido muchas quejas de vecinos. El alcalde tiene que entender que no podemos seguir así. Está muy bien que reciba a los ciudadanos, porque le da buena imagen, pero no servirá de nada si luego no actúa", opina Serra.

Otras movilizaciones

Este verano los vecinos de la Platja de Palma y s'Arenal se han movilizado en diversas ocasiones para hacer visible su malestar. A principios de temporada, la asociación vecinal se quejó de la baja calidad del turismo de este año y el aumento del incivismo, porque los agentes municipales tenían el mandato de no aplicar la polémica ordenanza cívica.

A mediados de julio la regiduría de Seguridad Ciudadana se reunió con entidades vecinales y comerciantes para mejorar la coordinación entre cuerpos policiales. En la práctica, ese encuentro no supuso cambios a ojos de los vecinos.

En agosto un grupo de residentes convocó una asamblea ciudadana en la que denunciaron la "permisividad de las administraciones públicas" y criticaron que las instituciones "se han mostrado incapaces de ofrecer bienestar a los ciudadanos". Un centenar de arenalers asistieron al encuentro, en el que transmitieron sus quejas a dos regidores del equipo de gobierno. La respuesta del consistorio fue tenue y los vecinos siguen insatisfechos con las escasas medidas tomadas.

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