Una jornada repleta de actividades supuso el punto final a las fiestas de verano de la barriada de Son Sardina. Desde teatro hasta un concurso fotográfico animaron el día, que había arrancado por la mañana con los xeremiers y la misa solemne con el baile de los cossiers. Tras las carreras de joyas, los vecinos pudieron degustar cañas y pinchos a precios especiales. Por la tarde hubo una exposición de coches clásicos, que dio paso a uno de los platos fuertes de la velada: el correfoc. El fin de fiesta tuvo lugar a medianoche con los fuegos artificiales.