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Sa Torreta

En el Nixe a todo lujo por tres euros

La nota con los precios del hotel Cala Major.

Aitor F. Vallespir me pasa la fotografía con una lista de precios del Nixe Palace y estoy a punto de descolgar el teléfono y reservar habitación para dos con pensión completa. El precio: tres euros. En realidad la cantidad figura en pesetas, 505, pero quienes hemos convivido con ambas monedas somos capaces de calcular el cambio sin problemas. Según consta en el panel, se trata de las tarifas "aprobadas por la dirección general de Turismo" e incluyen "todos los impuestos". Con alguna excepción. Hay que pagar 15 pesetas -nueve céntimos- por la póliza de turismo y "el 15% de servicio".

Estoy a punto de tomar la maleta y largarme a vivir definitivamente al hotel cuando en un rincón inferior, con letra pequeña, leo la fecha de las tarifas: 30 de mayo de 1959. Decido no dejarme vencer con tanta facilidad y escarbo en internet para comprobar si el establecimiento sigue estando al alcance de mi cartera. Me pido una suite con vistas al mar. Desgraciadamente no incluye la pensión completa, pero seguro que un kebab, unos bocatas o una hamburguesería serán suficientes para una alimentación de supervivencia, sin lujos, sin exquisiteces. Precio de oferta, 643,66 euros. Y no estoy seguro de que incluya el IVA.

Lástima. Me quedo sin disfrutar de este "maravilloso mirador sobre el Mediterráneo", lema con el que abrió sus puertas en 1957 y que mantiene su vigencia a día de hoy. Lástima que cuando se deja de mirar al mar, se contemple una zona degrada como Cala Major que reclama a gritos, como quien clama en el desierto, una intervención urgente de la Administración. El Nixe Palace es una obra regionalista del arquitecto racionalista Francisco Casas Llompart, nacido en 1905 y fallecido en 1977.

El Nixe fue un intento, junto con el Príncipe Alfonso, de crear una oferta turística de calidad a tiro de piedra de Palma. Ubicado en una Cala Major casi virgen disfrutaba de vistas al mar, pero también de un entorno en el que abundaban los pinares y en el que aún se veían campos de cultivo, que convivían con los chalés vacacionales de los burgueses palmesanos. Lástima que en algún momento todo se jodió.

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