Ondea bandera roja en tres playas de la capital. Los episodios de lluvias intensas registradas durante los últimos días provocaron el vertido al mar de aguas contaminadas con bacterias perjudiciales para la salud, que pueden causar diarreas o infecciones en el caso de ser ingeridas. Como medida urgente Emaya decidió ayer cerrar los arenales de Can Pere Antoni, Ciutat Jardí y una zona de la Platja de Palma, a la altura del balneario 13. El baño queda prohibido para los residentes y turistas que tratan de aprovechar los últimos días del verano.

A falta de determinar el resultado de unos análisis bacterianos más completos, las tres zonas de baño fueron cerradas por precaución sanitaria. No es la primera vez que las fuertes precipitaciones provocan el cierre de una o más playas por arrastrar sustancias contaminantes al mar. En el caso de la Platja de Palma el agua infectada procedía de la Acequia de Sant Jordi, que desemboca a la altura del balneario 13. En las playas de Can Pere Antoni y Ciutat Jardí el vertido fue provocado por el desbordamiento de la red y de la capacidad de depuración, generando el derrame de agua sin procesar al mar.

Procedimiento

"Una vez se observan los vertidos se procede a realizar analíticas. Si se detenta la presencia de contaminantes se cierra la playa y se iza la bandera roja, prohibiendo el baño para proteger la salud de las personas", explicó la portavoz de Emaya. "Estas pruebas se irán repitiendo en el caso de que las lluvias continúen y mientras se sigan detectando estos contaminantes", añadió la portavoz.

El cierre de las playas tiene como objetivo prevenir la salud de los bañistas, por lo que el baño no volverá a autorizarse hasta que las condiciones no sean sanitariamente seguras. "Si los resultados salen bien y no hay más problemas podría abrirse de nuevo mañana. Al ser un factor tan incierto no se puede determinar al cien por cien cuando se volverá a abrir", aseguraron desde Emaya.

Pese a que subrayan que no los vertidos no son habituales, "este verano ha coincidido una gran temporada turística y lluvias puntuales pero de carácter torrencial". "Si hay mucha gente se consume mucha agua y las depuradas están más saturadas. Por ello, en verano es cuando hay más probabilidad de que pase", añadió.

Desde la empresa municipal de aguas y alcantarillado defienden que la única manera de evitar este tipo de situaciones es mejorando las infraestructuras para evitar que se desborden vertidos de las depuradoras. "Llevamos mucho tiempo detrás de una mejora, tratando de conseguir una mayor inversión, porque en verano la sobrecarga es muy alta", denunció Emaya. "Se tiene que mejorar la red para poder separar rápidamente las aguas residuales del agua procedente de precipitaciones", añadió.