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Sa Torreta

¿Investigación y espectáculo?

El edificio fue inuagurado en 1973.

En septiembre de 1965, Palma soñó con tener un acuario que atrajera turistas. Cincuenta años después tiene uno de los mejores centros de investigación marina de Europa. Hace medio siglo se presentó el proyecto para construir en Paraires, en unos terrenos ganados al mar para el paseo marítimo y los muelles, lo que hoy es el Centre Oceanogràfic de les Balears. Antes se encontraba acomodado, es un decir, en unas vetustas instalaciones de s'Aigo Dolça.

Palma contaba con un Laboratorio Biológico Marino desde 1908. Su primer director fue Odón de Buen y estaba ubicado en la rada de Portopí. En 1926 llegó el traslado a s'Aigo Dolça y cuatro décadas después resultaba evidente que las instalaciones estaban trasnochadas. En la presentación del proyecto del nuevo laboratorio se destacaron los objetivos científicos. Sin embargo, resulta curioso como, en pleno desarrollismo, también se puso el acento en los aspectos turísticos. Los arquitectos V. Roig y E. Nuere planearon una obra modular que, además de seis laboratorios, iba a incluir numerosos atractivos lúdicos con el objetivo de que constituyera "una verdadera atracción turística" que permitiera "con los ingresos obtenidos de los visitantes, compensar los gastos originados por las tareas de investigación".

Los atractivos turísticos iban a ser un gran acuario y una propuesta más sorprendente como era un marinario: "Que en su día exhibirá delfines al estilo de las famosas instalaciones de Miami, por ejemplo, y otras especies marinas de gran envergadura como ballenas y tiburones, todos ellos mediterráneos".

El presupuesto era de 80 millones de pesetas y preveía una sala de conferencias y apartamentos para los investigadores extranjeros. Las instalaciones fueron inauguradas en 1973 y no incluyeron los sueños faraónicos de quienes pretendían confundir la investigación marina con una especie de Disneylandia del mar. Miquel Oliver Massutí, que era el director del laboratorio y llegó a ser secretario de Estado de Pesca, se mostraba ilusionado con un proyecto que iba a atraer a Mallorca "a investigadores y estudiosos de muchas partes del mundo".

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