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Sa Torreta

Mercat de l'Olivar, un error de cinco siglos

Una de las fachadas del mercado del Olivar.

Hoy recordamos una historia porque se cumplen 500 años del comienzo de un equívoco que ha acabado dando nombre al principal mercado de Palma. La noticia contada en el Cronicón Mayoricense de Álvaro Campaner es escueta: "En este año [1515] se trasladaron las religiosas franciscanas del Puig de Inca, iglesia de Santa Magdalena, a un lugar llamado la Esglayeta, término de Esporlas, donde tomó el nombre de monasterio del Olivar por estar circuido de un espeso bosque de dichos arboles".

Primer movimiento. Un convento de franciscanas que viaja desde Inca a s'Esgleieta -corrupción de s'esglesieta-. Está rodeado de olivos y pasa a llamarse del Olivar.

Segundo movimiento. Apenas unas décadas después, concretamente en 1549, las monjas sienten la llamada de la gran ciudad y abandonan la soledad del campo. Consigo se traen el nombre: Nostra Senyora de la Concepció de l'Olivar. El topónimo llega a un enclave de la capital situado entre las murallas y el carrer de la Síquia, que así se llamaba la actual calle de Sant Miquel. El Olivar planta sus raíces en un lugar en el que no hay constancia de la existencia de olivos, al menos hasta que a finales del siglo XX se plantaron los primeros en un guiño municipal que parece una broma.

Tercer movimiento. La desamortización de Mendizábal fuerza en 1835 el cierre del convento y el traslado de las religiosas a Santa Clara. Las celdas -un palabra polisémica- de las monjas se convierten en celdas para convictos. Una cárcel entre los muros monacales. La situación se prolonga durante cinco décadas.

Cuarto movimiento. En 1889 se derriban los vetustos muros. Palma dispone de un gran solar que conserva el nombre que le dieron las mujeres que lo habitaron casi tres siglos: l'Olivar.

Quinto y último movimiento. Durante décadas se habla de la necesidad de un mercado para Palma en el solar de las monjas. Es en la posguerra cuando se concreta el proyecto de Gabriel Alomar. ¿Y cómo lo llaman? De l'Olivar. De s'Esgleieta, habría que añadir para aclarar una confusión medio milenaria.

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