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Bienestar animal

Aplicar sentido común a los caballos de las calesas

El Colegio de Veterinarios y un experto en équidos recomiendan sombra, agua, descanso y revisiones exhaustivas y más frecuentes

Un calesero pasea con su caballo junto a un grupo de turistas por una calle del casco antiguo.

"La conclusión es que hay que aplicar el menos común de todos los sentidos, el sentido común. Por ejemplo, si una persona no se va a correr al mediodía por el asfalto de la ciudad, con el humo de los coches y las sofocantes temperaturas de este verano, ya que es inaguantable, tampoco lo soportan los caballos de calesas". Esta ilustrativa comparación del veterinario experto en équidos Josep Ignasi Garí es solo uno de los "muchos excesos" que sufren los equinos. La nueva concejalía de Bienestar Animal pretende protegerlos más y el especialista aplaude las buenas intenciones, pero cree que "no lo logrará, ya que es un tema complejo".

El Colegio de Veterinarios de Balears también cuenta con una serie de propuestas para mejorar el servicio de galeras. Sugiere "que las paradas de los caballos tengan una toma de agua potable, depósito de residuos, sombra y que estén situadas en espacios planos". Otra recomendación del organismo profesional es que no estén estacionados "más de diez horas al día" y apunta como "edad idónea para prestar un servicio público en las calesas" entre los cuatro y los 18 años.

Geriátrico o balneario

Sin embargo, hay un problema importante, matiza el veterinario Garí: "Los caballos utilizados proceden del hipódromo u otro tipo de competiciones, donde acaban con distintos grados de lesiones, y tienen cierta edad o son viejos, por lo que padecen los achaques habituales -como las personas- y no pueden realizar según qué actividades". Por ello destaca, medio en broma medio en serio, que "donde deberían estar es en el geriátrico o en un balneario, no paseando turistas por Palma".

El Colegio profesional pide que la revisión veterinaria anual -la que se realiza al inicio de la temporada- sea más exhaustiva y el experto consultado añade que "se tendrían que hacer con más frecuencia, principalmente en verano". Considera que "una inspección visual seria y a cargo de un especialista en équidos es suficiente, aunque si se incluye además un hemograma y una bioquímica, mucho mejor". Y es contundente respecto a que "muy pocos de los caballos de calesas que hay actualmente superarían una revisión si Cort la realizase de forma exhaustiva".

Garí destaca que "caminar por la ciudad es una actividad muy estresante para los equinos, ya que no están diseñados para el asfalto. Vienen del campo, es su entorno natural". Por este mismo motivo, "las cuestas no son un problema para ellos, se adaptan fácilmente". Lo que no aguantan bien son las altas temperaturas y la humedad. "Con el calor se agotan muchísimo, por lo que imagina si añades la sensación térmica que provoca el asfalto y los vehículos", advierte.

La temperatura "debería ser el principal condicionante para establecer un horario de trabajo, que tendría que ser la mitad de tiempo en verano que el resto del año", según aconseja el experto sobre otro de los muchos puntos conflictivos de las calesas.

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