Cuatro agentes de la Policía Local de Palma se encargarán se hacer cumplir las normativas municipales en la Llonja. Desde el Ayuntamiento habían constatado que el cumplimiento de las normas se ha relajado en esta barriada, muy transitada por las noches. Por ello, la regidora de Seguridad Ciudadana, Angélica Pastor (PSOE), ha ordenado aumentar la vigilancia desde el pasado 30 de julio. La campañae se prorrogará hasta el próximo 12 de septiembre, aunque la fecha de cierre puede verse modificada según las necesidades.

Cort también ha detectado un aumento de la venta ambulante, motivo por el que ya se instaló una patrulla el año pasado a petición de los restauradores, quienes aseguraban que molestaban a sus clientes.

Otros motivos que han impulsado al consistorio a aumentar la vigilancia son la suciedad y el ruido que deben soportar los vecinos de la Llonja, por la práctica de botellón o por las denuncias vecinales por incumplimiento en el horario de cierre de los bares.

La campaña no contempla una vigilancia policial continua sino que actuará a las horas puntas o de mayor conflictividad. A mediodía y a la hora de cenar recorren las calles dos patrulla de policía comunitaria. A partir de las 22 horas, la unidad nocturna y la de seguridad integral dan el relevo hasta que cierren los bares, entre la una y las tres de la madrugada en función del día.

Zona de especial protección

El consistorio anunció también la inspección, por parte de la patrulla verde, del horario de cierre de los bares. Esta medida podrá suponer una solución a las continuas quejas de los vecinos a los problemas de suciedad y ruidos que registran en la zona.

Durante el gobierno de Mateo Isern, la Llonja fue declarada zona de especial protección. Esta restricción supuso adelantar el horario de cierre de los bares en función del día y hora de la semana. Con la nueva normativa, los establecimientos pueden estar abiertos hasta la una entre semana y hasta las tres los fines de semana o festivos.