El centro de Palma vivió ayer una jornada caótica, cuando miles de turistas decidieron aprovechar la jornada nublada para visitar la ciudad y hacer compras. Las colas en los principales accesos a la capital fueron kilométricas, mientras que una multitud abarrotaba las principales calles comerciales. La Policía Local tuvo que poner en marcha el dispositivo diseñado para estas situaciones, la denominada "operación Nube", y trasladar patrullas de s'Arenal al centro. Los principales beneficiados fueron los comerciantes y restauradores, que vieron incrementados sus ingresos.

El fenómeno es bien conocido por los responsables de la Policía Local. Coincidiendo con los días de mal tiempo en verano, una multitud de turistas dejan la playa por un día y visitan el centro de la ciudad. Desde las diez de la mañana se produjo un continuo atasco en las entradas de Palma, sobre todo desde s'Arenal. Los aparcamientos municipales quedaron pronto abarrotados y las calles del centro se colapsaron.

La Policía desvió diversas unidades al centro, y se restringió el acceso desde la plaza de la Reina. Esta situación se prolongó durante toda la mañana.

Las calles comerciales y el centro histórico de Palma se vieron pronto abarrotadas de turistas. Los visitantes tuvieron que hacer largas colas para visitar monumentos como la Seu y transitar por algunas calles, como Sant Miquel, resultaba complicado.

Los más beneficiados por el mal tiempo fueron los comerciantes del centro. Muchos de estos miles de turistas aprovecharon para realizar compras. También los propietarios de bares y restaurantes vieron aumentar sus cajas.