La segunda fase de la operación Isern ha comenzado. Después de conseguir el apoyo de los críticos de la part forana y lograr la dimisión de José Ramón Bauzá, el exalcalde de Palma inició ayer las maniobras para desbancar al actual presidente de la junta territorial del PP de Palma, José María Rodríguez, y obtener el control del partido en la capital, que no consiguió en 2012.

Mateo Isern y el exconseller Francesc Fiol -que en 2009 se disputó con Rodríguez la presidencia del partido en la capital- reunieron ayer a más de un centenar de militantes del PP en el lujoso hotel Nixe Palace. Como si el exalcalde fuera una estrella del rock, cuatro carteles guiaban a los asistentes al "Encuentro con Mateo Isern" (sic). Los congregados fueron llegando a las instalaciones de Cala Major y todos coincidieron en su versión: no sabían para qué les habían convocado, pero todos recibieron un aviso de alguien cercano al candidato frustrado a la alcaldía de Cort.

El objetivo era movilizar al sector contrario a José María Rodríguez. Los alcaldes críticos de la part forana ya han activado a sus militantes a favor de Isern, pero falta tomar cartas en la capital. Varios de los sublevados habían insistido al exmunícipe palmesano en que debía moverse en Ciutat para conseguir el control del partido.

Esta vez Isern tiene la lección bien aprendida. En 2012 se dio cuenta de que sin tener poder dentro de la cúpula no logrará la candidatura. Y para ser el cabeza de lista balear en las elecciones generales necesita algo más que el apoyo del sector crítico del PP.

La puesta en escena de ayer pretendía arropar a Isern en su salto a Madrid. Dos sillas presidían la sala de conferencias del Nixe. En ellas, Francesc Fiol y el exalcalde. En el lado del público casi un centenar de afiliados. De hecho, el personal del hotel tuvo que bajar más asientos para alojar a todos los reunidos. Muchos de los presentes eran regidores y ex altos cargos del mandato de Isern (Jesús Valls, Guillermo Navarro, Andreu Garau, Esperanza Crespí...). También se vio a antiguos concejales, líderes de asociaciones vecinales o exdiputados y exconsellers autonómicos (como Aina Aguiló o Antoni Mesquida). Discutieron durante más de dos horas. Todos los asistentes acudieron mediante invitación. No hubo rodriguistas ni tampoco se vio a la actual portavoz del partido en Palma, Marga Durán.

Más de un centenar de militantes estuvieron en el hotel Nixe. B. RAMON

Fiol explicó que la reunión de ayer no era un golpe de estado, sino más bien una forma de calibrar fuerzas respecto a Rodríguez. "En Palma los resultados electorales han sido decepcionantes. Hemos perdido 20.000 votos y no ha habido autocrítica por parte de la junta territorial del partido. No podemos dejar pasar el verano sin hacer nada", apuntó el exconseller de Educación y Cultura. Agregó que no tienen "un objetivo inmediato y concreto" más allá de hacer visible que hay "una corriente de opinión crítica dentro del partido". Isern, por su parte, rehusó hacer declaraciones. "No es el momento", zanjó.

Tras la debacle del partido en Palma en los pasados comicios municipales (pasaron de 17 a 9 regidores), Rodríguez anunció que no se presentaría a la reelección para ser presidente del PP de Palma. Sin embargo, sigue en el cargo hasta que se celebre un próximo congreso local de los populares, que previsiblemente tendrá lugar hacia mediados de 2016.