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Reportaje

La calle del Jamón está borracha

Se ha generalizado la oferta de barra libre de alcohol a precios reducidos en discotecas y pubs de la zona más conflictiva de la Platja de Palma - Lamentan los vanos intentos de aumentar la calidad del turismo

Son las tres de la madrugada y la calle del Jamón está cubierta de folletos de discotecas y salas de fiesta que ofrecen barra libre toda la noche a precios bajos. Son pisados por miles de turistas tambaleantes que entran o salen de los pubs de la popular vía del Balneario 6 de la Platja de Palma, donde hay carteles que también anuncian cantidades ingentes de alcohol barato. A unos pasos de allí está un conocido local de fiesta desenfrenada que ofrece la alternativa de la primera copa gratis y los clientes de los hoteles con la modalidad 'todo incluido' se emborrachan antes de salir de marcha por la zona turística más controvertida de Mallorca, con permiso de Magaluf.

La madrugada de ayer no fue muy diferente de las anteriores para los turistas ebrios, aunque esta semana la calle del Jamón ha vuelto a estar en el punto de mira debido a la pelea que se produjo el martes por la tarde entre un grupo de alemanes y vendedores ambulantes africanos, en la que se lanzaron vasos, botellas, todo tipo de objetos y hasta taburetes de los bares cercanos. "Nosotros no nos metemos con nadie, nos buscamos la vida como podemos, pero si un compañero nuestro es atacado, le ayudamos", explica un vendedor senegalés en un castellano casi perfecto y junto al que se forma un corrillo. Parece ser que el colega agredido quiso vender un objeto a un germano y este lo tiró al suelo y lo rompió. El subsahariano intentó hacérselo pagar y empezó la reyerta.

El improvisado portavoz de ayer afirma que no tienen miedo de este tipo de situaciones: "No ocurre mucho. La mayoría de los alemanes borrachos no son agresivos, aunque algunos sí".

Aumenta la 'barra libre'

El pasado verano solo había una discoteca que ofrecía barra libre de alcohol mientras que ahora la iniciativa se ha generalizado. Los turistas veinteañeros que llenan esta zona de la Platja de Palma los meses de julio y agosto tienen poco dinero y no son exigentes con las marcas, por lo que poder beber lo que quieran a un precio fijo es un reclamo perfecto. Por su parte, los empresarios bajan sus costes, porque la calidad de la bebida es menor, y evitan que los camareros se encarguen de cobrar las copas, debido a que se paga el tique de la barra libre a la entrada, tal como especifica un habitual del Balneario 6.

El presidente de la asociación de vecinos de la Platja de Palma, Francisco Nogales, se lleva las manos a la cabeza con el cariz que está tomando el problema. "Cada año es peor. Hay historias que ponen los pelos de punta, como lo sucedido esta semana o que lancen bebidas e insulten a la gente desde los balcones de los hoteles", ejemplifica sobre lo que ocurre desde el citado Balneario hasta el número 1. "La culpa de todo ello es este tipo de oferta de alcohol y la hipocresía entre los empresarios del sector ralla el colmo", según Nogales, quien ha explicado la situación al nuevo concejal del distrito de la Platja de Palma, Llorenç Carrió.

Con ordenanza cívica o sin ella, la historia se repite verano tras verano, pese a los intentos de algunos de aumentar la calidad del turismo. En una esquina de la calle del Jamón -oficialmente llamada Pare Bartomeu Salvà-, hay un local reformado de estilo minimalista que contrasta con los neones de colores de los pubs y discotecas de su alrededor. Su oferta gastronómica también se diferencia de los trozos de pizza, kebabs y perritos calientes que los turistas se comen sentados en el bordillo de las aceras y cuyos restos tiran al suelo. Durante la madrugada de ayer, este local se encontraba semivacío mientras el muro que separa el paseo de la playa estaba lleno de gente que bebía en latas y vasos de plástico ajenos al furgón de la Policía que circulaba por la primera línea sin intervenir, a pesar de que la normativa municipal prohíbe beber en la calle.

Los trabajadores de la zona consultados, como camareros y taxistas, tienen soluciones: "Solo hace falta poner una patrulla en la esquina de la calle del Jamón con la de la Cerveza para que no se produzcan altercados", afirma uno. "Saben que las mafias de la droga y los robos se distribuyen por las calles de alrededor, pero no hacen nada", señala otro. "A partir de las 3:30 horas se marcha la policía y esto es jauja para los ladrones, por lo que deberían evitarlo prolongando el horario de vigilancia", añade un tercero para mejorar la zona turística más importante de la isla.

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