El Colegio de Arquitectos de Balears ha expresado su sorpresa y preocupación ante las obras que se están realizando para instalar un bar restaurante en el fortín de Sant Carles, en el dique del Oeste. Los arquitectos recuerdan que se trata de "un edificio catalogado con un elevado grado de protección y de titularidad pública, que hasta ahora podían contemplar todos los ciudadanos que paseaban por la zona, que se está convirtiendo en un beach club de estética dudosa e inadecuada".

En un comunicado hecho público ayer, el Colegio de Arquitectos manifiesta que "volvemos a estar ante otro caso en el que nuestro patrimonio se cede a intereses particulares para obtener los beneficios de una concesión". Los arquitectos recuerdan que la antigua batería militar ya no es propiedad del Ejército, sino que depende de la Autoridad Portuaria, quien "debería velar por su mantenimiento y conservación. En cambio, nos encontramos con unas obras que desfiguran y privatizan un edificio catalogado, sin que las administraciones insulares y locales en materia de patrimonio lo puedan controlar, ya que las competencias, dicen, son de ámbito estatal".

La Autoridad Portuaria sacó a concurso la instalación de un restaurante en las instalaciones del antiguo fortín por el que ingresará 27.000 euros anuales durante nueve años y medio. La empresa que se adjudicó el concurso es Dreams and Cosmetics SL. Durante los últimos meses han realizado unas obras de reforma, como un muro blanco en la entrada, la instalación de vigas metálicas en el foso y una piscina, que han alterado totalmente la fisonomía del monumento, construido en 1762.

Tras la denuncia de estas obras en DIARIO de MALLORCA, la entidad conservacionista ARCA trasladó sus quejas a Autoridad Portuaria y al ministerio de Cultura, quejas a las que ahora se suma el Colegio de Arquitectos.