"Puede que haya una ínfima minoría de nosotros que no se merezca vestir este uniforme y tal vez se merezcan descender a los infiernos por el enorme daño que están infringiendo a la imagen del resto de profesionales". Lo dijo ayer el jefe del Cuerpo, Joan Mut, durante la celebración de la Diada de la Policía Local, que está en el punto de mira por los escándalos de corrupción en la Platja de Palma.

"La tempestad nos azota de manera inclemente" afirmó al inicio de su discurso en el patio del castillo de Bellver, ante la presencia de numerosos agentes locales y autoridades civiles y militares, así como de familiares. Reconoció que también estuvo "tentado de pecar", debido a que estuvo "tentado de caer en el desánimo, en la rendición", pero no lo hizo, e instó a los demás a "trabajar juntos, con la máxima profesionalidad [...] Superaremos estos momentos oscuros y nos levantaremos más fuertes, más profesionales, ya que estamos convencidos de que al final el tiempo pondrá a cada uno en el lugar que le corresponda", según la advertencia de Mut.

El alcalde de Palma, Mateo Isern, también aprovechó sus palabras en su última Diada para recordar que "durante estos años han salido a la luz problemas y conductas inapropiadas por parte de determinados miembros de la Policía Local". Dijo asumir totalmente su "responsabilidad" en la parte que le corresponde como primer edil, pero matizó que "los problemas que se están investigando judicialmente se arrastran desde hace muchos años", como indicó.

Antes de los parlamentos, los dirigentes -acompañados por otros responsables policiales- hicieron entrega de los diplomas a los agentes jubilados, a quienes han cumplido 25 años de servicio en el cuartel de Sant Ferran y a los policías que han destacado por alguna actuación especial, así como de las medallas al Mérito Policial con distintivo azul -para los representantes de la sociedad civil- y las medallas al Mérito Policial con distintivo blanco -para los propios agentes por sus méritos profesionales-. El solemne acto en Bellver finalizó con el himno de la Balanguera, el himno nacional y un aperitivo en el exterior del castillo con los policías, familias y amigos.