En 1939, finalizada la contienda fratricida española, concretamente el 10 de julio de ese año, Àngel Albalat Romero y su esposa Maria Prats inauguraron un local en la céntrica plaza del Ayuntamiento: el conocido y popular Café Español de Inca. Sólo tres años antes se había inaugurado el también emblemático y ya cerrado Café Mercantil, con el que comparte pared medianera. Àngel Albalat, reconocido aficionado españolista quiso homenajear al equipo de sus amores y le puso el nombre de Español; pero no fue por nacionalismo, sino por el Real Club Deportivo Espanyol de Barcelona. El Café Español llegó el año pasado a su 75 aniversario. Ha pasado por varias manos. Después del fundador lo regentaron durante muchos años su hijos Jaume Albalat y su esposa Joana Llompart. Tras ellos el popular político Jaume Font se hizo cargo de las riendas del negocio y lo ha dirigido varios años. Bajo estas direcciones siempre ha mantenido su estilo de café de plaza de pueblo. De lugar de reunión y de tertulia; pero sobre todo, nadie se ha atrevido jamás a modificar el emblemático nombre. Lo único que se hizo fue catalanizarlo como Café Espanyol. Hace unos meses fue traspasado y tras una reforma la nueva compañía propietaria ha eliminado el mítico nombre. Sólo un pizarrin con el menú lo conserva en una pared. Algo similar sucedió hace unos años con el emblemático s'Hostalet; un celler con más de 120 años que alguien rebautizó, probablemente sin saber que hacía, como La Taberna Pirata. Sea como sea tendrán que pasar muchos años para que la gente deje de llamar al viejo bar de la plaza de España por su nombre... "el Español".
