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Palma a la vista

A pedales y en familia

Xisco Sard, Carmen Campo y detrás Beatriz Campo. Todos le dan al pedal. L.D.

Un día, Francisco Sard y Carmen Campo estaban paseando a sus perros como es habitual y se encontraron con una bicicleta tirada, con la rueda de atrás rota. Con muy mala pinta. Francisco conoce este mundillo porque "de jovencito fui ciclista, y me arreglaba mi bici", señala. Así es que viendo aquel objeto desechado lo cogieron para salvarlo. La pusieron a punto y la vendieron. Aquello les iluminó. Dos años después abrían en Fausto Morell su primer taller de reparación, restauración y venta de de bicicletas. Aquellos 90 metros cuadrados se les quedaron pequeños. Desde el pasado mes de agosto están en la carretera de Valldemossa. A lo ancho. Delante pasa el carril bici. No pueden estar en lugar más idóneo.

Beatriz Olivas les acompaña. Tiene 30 años. "¡Jamás me imaginé que acabaría siendo mecánica de bicicletas, en cualquier caso de motos!", ríe. Carmen, su madre, la mira y suspira. "Uf, estoy más tranquila si no se sube a una moto". En el pasado tuvo un aparatoso accidente del que salió ilesa; no, su vehículo. Ahora combina este trabajo con el de camarera los fines de semana en una pizzería en Marratxí.

"Es manitas", asegura Xisco. Ambos se dedican por entero al taller, mientras que Carmen atiende la venta.

Más de cien bicis corren entre sus manos. El mercado de la restauración y el de segunda mano es su fuerte aunque también venden sin estrenar, sobre todo de las marcas Kross y Quer.

El cliente más habitual es el que busca bicis antiguas, tipo retro. Para ello, Francisco busca distintas piezas y como si fuera un puzzle va ensamblándolas; incluso las fabrica él mismo. Una bici puede parecerse a un mecano. "Son muchos los que vienen con sus ciclos antiguos y que por motivos sentimentales nos piden que se los arreglemos. El otro día vino una señora con su BH plegable del 67. Se la regalaron por su comunión", cuenta el hombre de este negocio familiar.

Otro de los asiduos es el ciudadano concienciado que se mueve por Palma en bici. "Cada vez son más", señala Carmen. Ella misma se mueve por la ciudad a pedales. "He superado el miedo", confiesa. "Esta ciudad es idónea para ir en bici", piensa Xisco. Beatriz lo mira. Ella preferiría subirse a una moto.

En la tienda Ciclos R.E.B., que así se llama, se pueden encontrar modelos muy económicos, incluso hay para niños por 15 euros y hasta 35. Para los mayores, se pueden conseguir precios reducidos en productos que cuestan unos 600 euros, ellos los ofrecen por menos de 100 euros. De segunda mano, pero revisados de arriba a abajo.

Ellos también compran o intercambian velocípedos. Cuentan que "muchos emigrantes han acudido a ellos para vender "de un día para otro porque se tenían que ir a su país y tenían prisa". Las bicis también dan alas.

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