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Palma a Palma

Donovan en Bonaire

El destino se escribe a veces con tintas imprevistas. Hace un tiempo me lesioné un menisco. Esos dolores que te atenazan la rodilla. Esa sensación de caminar con una pierna postiza que a veces se destornilla. Dolía, pero tampoco demasiado. De manera que, siguiendo un patrón de conducta bastante común, decidí esperar a ver qué pasaba antes de operarme.

Así caminaba, cojeando ligeramente y según que días viendo un poco las estrellas.

Una noche, subía lentamente hacia la parte alta de la calle Bonaire. Y de repente me crucé con un caballero que me resultó familiar. Llevaba el pelo largo, y un abrigo oscuro de "gentleman". Pasó por mi lado y yo seguía pensando. "Lo conozco lo conozco..."

De repente, me vino la luz como una relámpago. ¡Claro! Era el cantante y compositor escocés Donovan. Un auténtico mito. Recordaba las primeras partituras de sus canciones, que compraba de adolescente. Y sobre todo su participación en hechos míticos de mi generación. Amigo de los Beatles, compartió con ellos la experiencia del Maharishi. Estaba en la grabación de "All You Need is Love" o en la del Sargent Peppers. Vivió en primera fila los años del "Flower Power" californiano. Una leyenda absoluta, y acababa de pasar a mi lado con gesto despistado.

Me di la vuelta, dispuesto a saludarle y al menos estrecharle la mano con unción. ¡Qué encuentro más emocionante! Pero Donovan, el autor de "Colours", "Melow Yellow" o "Universal Soldier" descendía a paso vivo por la calle Bonaire.

Intenté apretar la marcha, sin embargo mi rodilla descoyuntada no daba para más. La arrastraba con desesperación. Nada. La figura de Donovan con su abrigo se hizo pequeñita y más pequeñita hacia Jaume III, mientras yo apenas lograba dar unos pasos inseguros. Hasta que desapareció entre la muchedumbre.

Me quedé tan frustrado y me dio tanto coraje, que al día siguiente fui al traumatólogo a operarme.

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