El coste de la demolición del Lluís Sitjar, valorado en 1,2 millones de euros que serán avanzados por el Ayuntamiento de Palma, entrará en la negociación que mantienen los responsables municipales, con los del Real Mallorca y la asociación de copropietarios del antiguo estadio mallorquinista.

Así lo aseguraron ayer el alcalde de Palma, Mateo Isern, y el presidente del Real Mallorca, Utz Claassen, al afirmar que el coste del derribo del estadio será una cuestión que se pondrá sobre la mesa de la negociación para permutar el solar del Lluís Sitjar, que pasará a ser municipal, y el del estadio de Son Moix que, al final del proceso, pasaría ser en su totalidad o en parte del Real Mallorca.

De todas formas, tanto el alcalde como el presidente de la entidad deportiva, que asistió a la visita de obras efectuada ayer visualizando de esta forma el cambio de actitud de la directiva del club rojillo en relación al Lluís Sitjar, afirmaron que un posible acuerdo de permuta no se va a conseguir probablemente en lo que resta de mandato.

Será el próximo Consistorio quien deberá poner sobre la mesa de negociación las valoraciones del Lluís Sitjar y de Son Moix para su posible permuta, teniendo en cuenta también los intereses del resto de copropietarios del estadio que se derriba.

El alcalde recordó que todas las fuerzas políticas con representación en el Ayuntamiento de Palma están de acuerdo en que el solar resultante de la demolición, que ocupa una superficie de 27.000 metros cuadrados, se incorpore en un futuro como espacio libre público a la denominada Cuña Verde, que incluye el parque de sa Riera.

Al respecto, el nuevo presidente del Real Mallorca, manifestó su voluntad de negociar con el Ayuntamiento y el resto de copropietarios ya que, afirmó, "las necesidades de la ciudad, del club y de la afición son compatibles y coherentes, no conflictivas".

Claassen manifestó asimismo que aún no se podían adelantar los pormenores de la negociación de la posible permuta de Son Moix por el Lluís Sitjar porque están en sus inicios, aunque expresó la voluntad del Club de que Son Moix pueda ser el estadio que cubra las necesidades del Club en los próximos años. Al respecto, no rechazó la posibilidad -ya prevista en el ordenamiento urbanístico puesto que el 45 por ciento de Son Moix se puede destinar a servicios- de desarrollar en el estadio un complejo comercial.

En la visita de obras también estaba presente Martí Mora, en representación del presidente de la asociación de copropietarios, Joan Aguiló, quien había negociado hace meses una posible salida pactada con la garantía de que los copropietarios del Lluís Sitjar podrían mantener uno o dos abonos de por vida a cambio del valor de su título de propiedad.

Martí Mora recordó al respecto que "hay un gran trabajo realizado entre el presidente -Joan Aguiló- y el teniente de alcalde de Urbanismo, Jesús Valls, buscando siempre el consenso, en beneficio de la ciudad y de la asociación de vecinos, que se merecían este impulso amistoso, dialogado y acertado por parte de todos".

Las obras de demolición avanzan al ritmo previsto, de tal forma que se calcula que podrán estar acabadas a finales del próximo mes de abril. En estos momentos se ha derribado gran parte de las gradas sur, norte y este -unos 140 metros- lo que equivale el 30 por ciento del total.

En los próximos días se iniciará el derribo de la grada cubierta. En este caso parte de los trabajos se realizarán de forma manual, con el fin de garantizar la seguridad. El solar quedará completamente vallado y se respetará el escudo del Real Mallorca situado en la entrada principal y la señalización de las cuatro esquinas del antiguo terreno de juego.