Bicipalma no acaba de arrancar. Pese a que desde hace un año el servicio de bicicleta pública que se puso en funcionamiento de modo experimental a finales del pasado mandato cuenta con cinco estaciones más y con otras cien bicicletas, el número de usuarios va disminuyendo progresivamente desde que el servicio es de pago. De hecho, en estos momentos están dados de alta 1.770 usuarios, frente a los más de 2.000 existentes cuando los primeros usuarios dispusieron de un descuento de diez euros sobre la cuota anual de 25 euros.

Ahora se cumple un año de la primera ampliación del servicio, que supuso pasar de las 27 estaciones iniciales a las 32 actuales, con un total de 560 anclajes. El número de bicicletas también se incrementó hasta la flota actual, que es de 220 vehículos de dos ruedas.

La última ampliación supuso la implantación de estaciones de Bicipalma en la plaza del Pont, en el cuartel de la Policía Local de Sant Ferran, en la carretera de Valldemossa, al final de la calle Jacint Verdaguer y en Metge Josep Darder. También se ampliaron las estaciones ya existentes en la Plaza de Toros y la de es Güell.

Fuentes de Movilidad indicaron que ahora se está estudiando una nueva ampliación que, en principio, se aplicará en los próximos meses antes de finalizar el actual mandato.

Consistirá en la implantación de otras cinco estaciones, que permitirán conectar con el servicio de bicicleta pública puntos de la ciudad que ahora quedan fuera, y se adquirirán otros cien vehículos con el fin de garantizar que las estaciones estén bien surtidas en todo momento.

En estos momentos no se dispone aún del emplazamiento exacto de las nuevas estaciones. El gasto que supondrá esta nueva ampliación del servicio será sufragado también con fondos del proyecto Civitas de la Unión Europea de movilidad sostenible.

La posibilidad de que los turistas y personas no residentes en la ciudad puedan hacer uso también del servicio no ha supuesto un incremento considerable del número de usuarios, por lo que no se ha producido, por el momento, la posible saturación del servicio temida por los grupos de la oposición cuando se anunció que Bicipalma también se abriría a los turistas.

El sistema escogido para que los no residentes puedan utilizar el servicio puede que sea uno de los motivos por los cuáles sea poco conocido, puesto que se deben dar de alta como nuevo usuario de un abono ocasional. Una vez dado de alta, en dos o cuatro horas el sistema remite por correo electrónico una contraseña al usuario ocasional que es la que debe introducir en la máquina de validación existente en la estación en la que se quiera utilizar la bicicleta.

Desde Movilidad aceptan que el servicio de bicicleta pública no acaba de popularizarse entre la ciudadanía, aunque están dispuestos a mantenerlo pese a que sigue siendo económicamente deficitario, convencidos de que es un sistema de transporte alternativo que, además de no contaminar, puede ser util en un futuro a un sector de la población que no utiliza ni el bus ni el taxi para sus desplazamientos en la ciudad.

El servicio puede ser utilizado por personas mayores de 16 años, aunque las que tengan 16 y 17 años deben disponer de una autorización del padre, madre o tutor.