Ni los 6.000 de sus mejores tiempos ni en soledad. Sant Kanut regresó ayer al escenario de la discordia, ses Voltes, arropado por una serie de entidades cívicas como la Plataforma de Al Molinar Port Petit y de la Ecoxarxa. Un arranque tibio fue subiendo de temperatura a medida que avanzaba la noche.

La diada cultural se quedó en una intención aunque por allí se acercaron y animaron la escena los del Cabaret de circ, Thanki Runa y el Circo de la Vida. A Sant Kanut no se le llevó el viento aunque fue herido de muerte recientemente al serle vetada su participación en las pasadas fiestas de Sant Sebastià. Por tres veces, se le negó al santo: la primera en Ses Voltes donde Cort les dijo que no por no reunir las condiciones de seguridad que la nueva ley estatal exige; la segunda, en el parc de sa Riera, tampoco porque "pagar las cantidades que se les exigía en cumplimiento de la seguridad tampoco era factible para los organizadores; por tercera y última, la factoría del So en Santa Maria, donde el ayuntamiento también les dijo que no.

Finalmente y pasadas las fiestas, Cort se avino y permitió un sant Kanut vestido de Diada cultural. "Queremos que las fiestas sean alternativas y participativas", expresó uno de sus organizadores, Carlos Gras. "Las fiestas deben ser del pueblo, que las decisiones se tomen a nivel de barriadas de la ciudad porque está claro que la programación que hace Cort es muy mala", añadió. "Somos trabajadores, y que nos pidan un plan de riesgo de 5.000 euros es un absurdo", opinó Gras.

Empanadas de la troika

Despachaba en su pequeño chiringuito de cerveza artesana mallorquina el alemán Sven Gohdes, que dejó Berlín para instalarse en el Molinar y hacer cuatro tipos de cerveza, una de ellas forastera y otra con la carátula de su perro. No muy lejos, iba saliendo la paella vegana a 4 euros la ración. Antes de aperitivo podías consumir empanadas de la troika o pizzas de masa muy gorda "porque así las hacemos en el sur de Italia, decía una joven argentina.

Unos niños escuchaban a los payasos del Circo de la vida y a una mujer muy alta subida sobre unos zancos que les contaba historietas antes de que llegara la música. Los pequeños se sentaban en corro. Entre los chiringuitos se veían a los de la plataforma contraria a que se amplíe el puerto del Molinar.

Tras la comida, fue animándose la jornada aunque nadie vio al santo dando saltos.

El origen de esta celebración se remonta al movimiento de "okupación en la calle Botones, en el que estaba el poeta Víctor Cirer, entre otros, y que falleció este año, y que hicieron un montón de actividades paralelas como una caravana para animar a los niños de Kosovo en la Guerra de los Balcanes", contó uno de los que estaban en uno de los tenderetes donde se podía beber "la cerveza más rockanrolera del mundo". En su portada lucía la Catedral, la misma que escuchó los trinos de grupos como Mendigos, Kunfusión Flamenca, Drästica, Potopop, Riot Cats y Kaparoots. La fiesta se cerró con la percusión de Pachamma.

"Sant Kanut va a resistir y nosotros nos vamos a seguir llamando así", incidió Carlos Gras. Desde el damero de colores, el santo rió.