El alcalde de Palma, Mateo Isern, afirmó ayer que la corrupción en la Policía Local "es un problema endémico". Pidió disculpas por no haber sido capaz de detectar los casos que se han dado al tiempo que anunció que, además de seguir colaborando al máximo con la fiscalía, la Guardia Civil y la Policía Nacional, pondrá en funcionamiento en breve una unidad de asuntos internos, que estará integrada por seis personas, con capacidad para investigar las posibles irregularidades que se den. El objetivo final de todas estas actuaciones, según Isern, es dejar al próximo consistorio, "una policía impoluta".

El alcalde hizo estas declaraciones al término de las comparecencias ante el pleno del teniente de alcalde de Seguridad Ciudadana, Álvaro Gijón, y del concejal delegado de Policía y Bomberos, Guillem Navarro, solicitadas por los grupos municipales de Més y del PSOE, respectivamente, a raíz de la detención de nueve agentes acusados de favorecer presuntamente a empresarios de la Platja de Palma y de las imputaciones de Navarro y del jefe de la Policía Local, Joan Mut.

Isern, que reiteró que tanto Navarro como Mut siguen teniendo su confianza, solicitó a los concejales de la oposición "prudencia" y que se reconociera que "los casos ahora investigados tienen relación con unos hechos que no han ocurrido a lo largo de esta legislatura".

En el mismo sentido se pronunció el concejal de Seguridad Ciudadana, Guillem Navarro, cuando, dirigiéndose al concejal socialista Antonio Donaire, le recomendó: "Si nosotros beberemos un bote de jarabe usted vaya preparando media caja porque, con la poca información que tenemos de la investigación que se realiza, las fechas de cuando ocurrieron los hechos pondrán a cada uno en su sitio".

Por su parte, el teniente de alcalde Álvaro Gijón desmintió rotundamente que haya habido o propiciado "la menor connivencia entre algunos de los policías detenidos y el PP". En relación a las acusaciones de "trato de favor" a determinados empresarios del ocio nocturno, recordó que, por ejemplo, el Megapark, puesto en funcionamiento por Bartolomé Cursach y que funcionó irregularmente como discoteca al aire libre durante cuatro años, "fue cerrado precisamente por el exteniente de alcalde de Urbanismo, Javier Rodrigo de Santos, siendo yo responsable de la Policía Local"

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Recordó asimismo que designó como jefe a un excargo de confianza del president Antich -el comisario Nicolás Herrero-, lo que demuestra que "no teníamos ningún interés en controlar a la Policía Local".

Preguntó también a Donaire por qué no desmanteló el GAP si era una unidad tan mala, y afirmó que él no fue su creador, sino que se constituyó a finales del mandato de Catalina Cirer como recomendaba un informe técnico policial, y "no por cuestiones políticas".

Navarro defendió que se han adoptado medidas contundentes: el exintendente y el exdirector general dimitieron cuando fueron encausados en el presunto amaño de oposiciones.

En relación a la imputación de Joan Mut y de la suya propia, reiteró que abrió el expediente al agente del GAP que luego resultó ser un testigo protegido -algo que se desconocía- a petición de la cadena de mandos, por lo que "hizo lo que tenía que hacer". Negó la existencia de dos bandos en el seno del GAP, aunque reconoció que "en todo caso en el seno de la Policía hay una serie de personas que están enfrentadas entre sí".