Seamos locales. Sant Sebastià barrió para casa porque los gastos se multiplican si se invita a foráneos. Fue una revetla de Km 0 y no está mal apostar por lo propio aunque si bailas en local corres el riesgo de danzar a solas. Cort deberá replantearse para futuras ediciones de la noche de jarana de Palma otras alternativas. La Revetla de anoche fue la más triste en años. ¿Por qué la dejaron sola?

Es difícil hacer sociología del abandono de las fiestas de la ciudad pero lo cierto es que el cartel musical no pareció incentivar lo suficiente para que, al igual que otros años, la parroquia se olvidara del frío y saliera a bailar al santo patrono. Además el termómetro no fue tan inmisericorde. Y la temida lluvia solo aguó a trompicones la fiesta. No, las causas deben buscarse en una desigual programación que no arriesgó, mentira, arriesgó al programar a grupos poco conocidos. Y lo pagó con un plantón como nunca antes se había visto en la noche de Palma.

Ball de bot de entrada

Viene siendo lo habitual que el santo se arranque por un bolero que pone a danzar a los más tempraneros de la Revetla. La plaza Major, donde se prendió en encendido del fogueró mayor, inició con Arreu el turno del sabor popular. Un buen sonido y un ambiente heterogéneo -el ball de bot vive momentos de auge- al calor de alguna que otra letra de compromiso verde como Serra ferida la convirtieron en un inicio más que digno de la Revetla. Les siguieron Balladors de Lluc, Balls i Tonades de Mallorca, Blaumut y la ironía bien instrumentada de los veteranos Marta Elka & Le Carromato, con los hermanos Aguiló, Xisco y Miguel Ángel; Toni Pastor y Alfredo Ardanaz para cerrar con sus versiones de jazz latino y boleros así como bandas sonoras de cine.

No muy lejos, en Cort, Luke Skywalker danzaba con su espada verde, al margen de los tanteos de poner en pie del primer grupo en salir a escena, Aerosol, que precedieron a The Wheels hasta que llegaron los más conocidos Fora des Sembrat y desde luego La Granja, afamados en los noventa y que aún cuentan con incondicionales.

Habría que descender e ir hacia Canavall para empezar a ver cuerpos danzantes. Empezaba a chispear pero no importaba demasiado. Los del Coro de la Casa de Andalucía en Baleares le ponían ganas a pesar de un sonido que iba por su lado y dejaba a las voces más solas que la una, por más "sal, limón e hierbabuena que le voy a poner a nuestro querer". Mientras algunos daban palmas, los más puros esperaban la llegada de los platos fuertes de la plaza de la Reina: David Barrull y José el Francés. No defraudaron ni el gabacho ni el laureado en La Voz.

Con los años, la plaza de sa Llotja se va ganando su hueco en la Revetla. Su público suele ser melómano, abundan los residentes extranjeros y se respira cierto ambiente a marinero viajado. Anoche les tocó telonear al esperado Javier Vargas & Friends a Without String con versiones de Dooby Brothers y Tina Turner entre otras. Le seguirían Víctor Uris Band y los de Big Yuyu, un grupo local que va ganando adeptos.

El veterano Javier Vargas se presentó en pequeño formato, no por ello en menor calidad. Vargas tiene muchos kilómetros a cuestas y sabe meterse a la peña en el bolsillo. Fue uno de los platos fuertes de la noche pero no era suficiente colocar a uno de los mejores en tan apartada orilla.

El esperado L.A.

En la vereda de la plaza de Joan Carles I sonaba Euphoria, un tema del ganador de conciertos de músicos no profesionales, Hyde XXI, que quería parecerse a Enrique Bunbury en sus tiempos de Héroes del Silencio, claro que... Jump in the River y El Viaje de Elliot tuvieron que animar a un público que aguardaba a Luis Alberto Segura, L.A., un plato local, kilómetro 0, sí, pero con progresión internacional. Se sirvieron del estreno del año y en casa para calentar su inminente disco, From the city to the ocean syde. Fueron ovacionados en una fiesta, la Revetla, que conocen bien porque ya habían actuado antes de dar el salto de la isla.

Había que irse a la ciudad comercial, a la plaza de Olivar y a la plaza de España para toparse con el calor. Éste llegó con los ritmos del multiculturalismo en la del Olivar con ritmos latinos, y de la plaza de España con la actuación del aclamado El Pescao, muy bien teloneado por Projecte Mut y Pol. Con el ex de El canto del loco todos se volvieron ídem.