El largo interrogatorio al que fueron sometidos ayer los dos máximos responsables de la Policía Local de Palma demuestra que existe un claro enfrentamiento entre dos grupos en una de las unidades de élite del cuerpo como es el Grupo de Acción Preventiva (GAP). Tanto el jefe de la Policía Local de Palma, Joan Miquel Mut, como el concejal de Seguridad Ciudadana de Cort, Guillermo Navarro, siguen en sus cargos tras declarar ayer durante horas como imputados.

Ambos reconocieron la existencia de dos bandos enfrentados, si bien negaron que dispensaran un trato diferente a una serie de policías porque su ideología no coincide con la del PP, el partido que dirige la política municipal de Palma. Los dos justificaron ante la juez del juzgado de instrucción número 12 de Palma, Carmen González, que se tramitara un expediente sancionador contra un policía que, precisamente, denunció las actuaciones supuestamente corruptas de una serie de mandos del GAP. Su denuncia, de momento, se ha traducido en la detención de ocho funcionarios policiales, que están acusados de favorecer a determinados empresarios, sobre todo del sector del ocio nocturno.

Joan Mut, que hace pocos meses asumió la jefatura de la Policía Local en sustitución de Nicolás Herrero, está imputado por los presuntos delitos de prevaricación y coacciones. La Fiscalía Anticorrupción, representada ayer por Joan Carrau y Miguel Ángel Subirán, mantienen que el jefe de la Policía expedientó al funcionario que se atrevió a denunciar las prácticas irregulares de una serie de compañeros y que lo hizo, supuestamente, como castigo por esta actuación. Este agente mantiene un enfrentamiento con el subinspector Carlos Tomás, que se encuentra detenido.

La disputa interna habría tenido lugar por distintas actuaciones de la unidad del GAP en locales de la Platja de Palma. El denunciante, a raíz de una queja disciplinaria presentada por el subinspector policial, fue apartado de la unidad donde estaba trabajando y fue trasladado a otro destino.

Los fiscales cuestionaron la rapidez con la que Mut adoptó esta medida disciplinaria. Aseguran que no se ha hecho lo mismo con otros policías que también han sido sancionados por enfrentamientos con sus mandos y que han continuado trabajando en el mismo destino. Los investigadores sospechan que esta decisión de Mut está relacionada con que este agente forma parte de un grupo que está enfrentado con la cúpula policial y, sobre todo, con los responsables de la unidad que actúa en la Platja de Palma.

El jefe de la Policía Local, defendido por el abogado Jaime Campaner, justificó que se iniciara el expediente disciplinario contra este policía, que todavía está en trámite. Mut asegura que lo hizo, no como castigo, sino para evitar que continuaran los problemas internos en los GAP. Dijo que decidió apartar al agente de esta unidad y trasladarle a otro destino para pacificar la situación.

Sin embargo, Mut reconoció que en esta unidad existen dos grupos claramente enfrentados y que cree que su imputación deriva de esta disputa interna. El jefe policial fue sometido a un interrogatorio que duró más de cuatro horas. En ningún caso se le relaciona con las presuntas actuaciones corruptas que se investigan en la Platja de Palma, que se atribuyen a otro grupo de policías.

Por su parte, el concejal de Seguridad Ciudadana, Guillermo Navarro, reconoció que estaba enterado del expediente interno que se abrió al policía que denunció una serie de irregularidades. El edil, defendido por el abogado Miquel Arbona, aprobó la decisión de abrir el expediente disciplinario y negó que fuera un castigo por denunciar estas prácticas. También rechazó que se actuara de esta forma, porque este policía no estaría en el grupo de funcionarios más próximos a la cúpula policial.