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Villa Cortina y s'Estaca, joyas del urbanismo pirata

Villa Cortina y s'Estaca, joyas del urbanismo pirata

Los nuevos mallorquines tienen derecho a saber quién destruyó su isla, la corrupción contada a quienes todavía no la practican. La actualidad enlaza a Villa Cortina, el mamotreto de Alfonso Cortina en Formentor ilegalizado por el Tribunal Superior, con la venta por 50 millones de s'Estaca, el chalet islámico que Michael Douglas reformó ilegalmente en Valldemossa. El primer caso de urbanismo pirata de este párrafo fue auspiciado por Francina Armengol, el segundo contó con el beneplácito de Rosa Estarás. Villa Francina y Villa Rosina, con ambas operaciones han hecho más daño que la Infanta durante toda su carrera presuntamente delictiva en la isla del tesoro.

En Mallorca, destruye como puedas. Ahora más que nunca, con las leyes en pro de la piratería urbanística de Langostino Company, pero sigamos con nuestra historia. He sobrevivido a sendas entrevistas con los propietarios de Villa Francina y Villa Rosina. El empresario Cortina de Repsol, y tendría gracia plantarle una torre de extracción petrolífera delante de su adefesio, me dijo que "yo quería una casa en Formentor, no quería un problema". El actor de Hollywood me confesó que "tal vez no me rodeé de las personas adecuadas cuando llegué a Mallorca". Un sobreentendido, porque se rodeó del bufete de Operación Relámpago.

Recuerde que Cortina y Douglas han hecho un negocio de decenas de millones de euros con el patrimonio común. El Tribunal Superior se admira de que el presidente de Repsol levantara la estrafalaria mole sin proyecto de ejecución, como si fuera un chabolista de la periferia urbana. Así funcionaba el aznarismo. Estamos obligados a pensar que de la misma manera se desarrollarán las prospecciones petrolíferas que Herr Kommandant Bauzá y su Langostino gratis total aprobarán al día siguiente de las elecciones.

A una isla de cuyo nombre no consigo olvidarme, llegó hace casi treinta años Michael Douglas. Le hice la primera entrevista en Mallorca, y también la primera que concedió en s'Estaca, cuando abandonó a toda prisa las galletas de Inca con sobrassada que estábamos comiendo, para contemplar la mejor puesta de sol del planeta. También realicé la única entrevista a Catherine Zeta-Jones en la finca mallorquina que odia. Al día siguiente se rindió a los requiebros amorosos del actor. Es el efecto que suelo tener en las mujeres. Mi influjo las impulsa a correr a abrazarse... al primero que encuentran.

Tan idílico triángulo se truncó porque implicaba el silencio ante el negocio que el actor realizó a costa y en la costa de Mallorca. Primero, Estarás le legaliza s'Estacarás a cambio de la bagatela de que Gordon Gekko adquiera Costa Nord. Después, James Matas no solo compra con nuestro dinero ese centro cultural ruinoso, sino que paga tres mil euros diarios a Douglas por la promoción de Mallorca. Sí, es la misma cifra que hoy abonamos a la Farmacia Bauzá, somos incorregibles. Fuimos el hazmerreír del planeta, la prensa mundial se preguntaba quiénes eran los absurdos isleños que dilapidaban así el dinero.

En cuanto a mi calvario con Villa Cortina, comenzó al describir su urbanismo gore durante tres domingos consecutivos en esta sección de mis pecados. Curiosamente, los denunciantes de la barbarie eran los ricos navegantes que circuncidaban o circunnavegaban Formentor. En la primera fase, el empresario me envió a su abogado Juan Nadal, que solo ahincó mi convicción sobre la magnitud del desastre ilegal.

Con la artillería desplegada, la comunidad madrileña de Formentor me citó en el hotel Portixol para reconvenirme. En la reunión participaban el fallecido Jaime Enseñat, el empresario Leopoldo Rodés y un Alfonso Cortina de ojos tristes que tenía tan pocas ganas de verme como yo a él. El momento más curioso de la entrevista se produjo cuando le recordé al petrolero que los críticos con la fealdad grotesca de su destrozo paisajístico eran sus colegas megarricos. Rodés se precipitó a decir que "a mí me gusta el chalet". En la conversación telefónica previa me había asegurado que "a mí no me gusta nada el chalet". Me sentí reconfortado ante la viravolta, comparto la volubilidad estética.

Pues bien, la horrorosa Villa Cortina es ilegal además de ser el Palma Arena del PSOE. Construida además por los mismos arquitectos, como no cabía otra. En cuanto a la venta de s'Estaca a un hijo de Putin, debería incluir la reversión al aspecto previo a su ampliación salvaje. No llore usted por los urbanizadores piratas, ya derrama lágrimas en su nombre el alcalde de Pollença. El popular Tomeu Cifre lloriquea a diario la necesidad de legalizar el ultraje a su municipio, seguramente por las mismas razones que sus predecesores. El problema para Mallorca no consiste en que derriben el monstruo, sino en dónde construirán el sustituto. Y recuerden, la demanda que activa al TSJ procede de otro magnate. No se movilizó judicialmente ningún nacionalista, ningún ecologista, ningún socialista, todos aquietados y hermanados con el PP en la feliz destrucción de la isla.

Mi tocayo Matthias Kühn, el tripulante de esta página que en más ocasiones ha exigido que me echen del diario, me recordó un día que "en Mallorca todo está en venta, excepto Marivent". Probablemente se quedaba corto. Desde luego, los políticos están a precio de saldo. En fin, se jubila el legendario sastre del Molinar y el adiós a Llongueras de Tous y Maroto clausura una época.

Reflexión dominical urbanística: "Los políticos se dividen en corruptos y en quienes buscan desesperadamente una oportunidad".

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