­"Fue una relación bajo permanente amenaza". Así recuerda la exalcadesa socialista de Palma, Aina Calvo, los contactos que mantuvo con Josep Lluís Núñez, que alcanzaron su momento álgido en 2010, cuando la primera edil le llamó por teléfono para informarle de que los terrenos de Gesa habían sido declarados zona verde. Núñez respondió con gritos e improperios que Calvo prefirió no reproducir, para finalmente amenazarla: "Me dijo que acabaría en la cárcel, como también acabaría Maria Antònia Munar".

Cuando Calvo llegó a la alcaldía, el edificio de Gesa ya había sido protegido por el Consell. El Ayuntamiento inició entonces los trámites para recalificar los solares como zona verde, ofreciendo a cambio el doble de edificabilidad en otros terrenos de segunda línea. "Cada paso que el Ayuntamiento daba en este sentido, nos poníamos en contacto con los afectados, Núñez i Navarro y Mapfre", recuerda Calvo. "Normalmente venía su hijo, quien siempre mantuvo una actitud muy correcta. Defendía sus intereses, radicalmente en contra de la modificación del plan, pero siempre de forma correcta y amable". Una actitud muy distinta a la que exhibió el padre, cuando la alcaldesa le informó por teléfono de la recalificación definitiva.

Según Calvo, en Núñez i Navarro mantuvieron siempre la tesis de que el Ayuntamiento había recalificado los solares como zona verde por una imposición de Munar. "Pero lo hicimos porque estábamos obligados a preservar el edificio y en defensa de los intereses de la ciudadanía, porque creímos que Palma debía tener en su entrada una zona verde y no un muro de edificios".