­La estatua de Antonio Maura está viviendo su particular Semana Trágica. La efigie, que acabó por los suelos durante el temporal de la noche del martes, fue trasladada ayer a Son Pacs. De momento, el orador no pronunciará más discursos. Se quedará en uno de los almacenes municipales durante varios meses. El Ayuntamiento de Palma prevé retirarla definitivamente de la plaza del Mercat, donde lucía hasta ahora en lo alto del pedestal, y encontrarle una nueva ubicación.

La escultura de bronce fue derribada por las ramas del ficus gigantesco que da sombra a buena parte de la plaza. En poco más de media hora cayeron 40 litros por metro cuadrado en Palma y hubo rachas de hasta 50 kilómetros por horas. La meteorología adversa provocó que, hacia las 20.45 horas, varias ramas del árbol se desplomaran. Testigos del incidente aseguran que se oyó una ventisca muy potente que dio paso a un gran estruendo. Aparte del árbol y la estatua, también se cayeron varios ciclomotores aparcados junto a la plaza y volaron parasoles de los bares.

Un par de ramas caídas no serían nada grave con un árbol cualquiera, pero, en ese ficus centenario, cada rama tiene el tamaño del tronco entero. El resultado fue que la escultura de Maura terminó a los pies de la figura de mármol que representa la Verdad. Pese a los tres metros de caída, la escultura no sufrió daños. Tampoco hubo heridos.

Dos patrullas de la Policía Local acordonaron anteanoche la zona, a la espera de que los bomberos intervinieran para retirar los leños rotos. Los trabajos comenzaron de madrugada para asegurar la zona. Entre las 6 y las 7 de la mañana, las brigadas de Emaya tomaron el relevo para dejar a punto las calles aledañas, donde la hojarasca cubría el asfalto.

Pero la plaza del Mercat fue otro cantar. El panorama era caótico, entre el cordón policial y la anarquía de los tallos caídos. Los operarios de Parques y Jardines cortaron más ramas para garantizar la seguridad de los viandantes. Serraron las maderas antes de retirarlas del pavimento.

Mientras tanto, el antiguo Mercat no mostró la vida habitual. Ni los niños escalaban el zigurat ni las palomas gozaron de su habitual punto de apoyo. Ni se pudieron desplegar las terrazas de bar ni hubo tráfico rodado a su alrededor. La grúa tuvo que retirar una veintena de coches ante la posibilidad de que se vieran afectados por la poda del árbol. A media tarde, la plaza ya presentaba otro aspecto, más luminoso que de costumbre por la ausencia del ramaje tupido.

El ficus de la plaza del Mercat es un árbol protegido. Lleva años apuntalado con vigas de metal por el peso de sus ramas laterales. Lo que no previeron las brigadas de Cort es que una de las bifurcaciones centrales fuera a ceder ante las inclemencias meteorológicas.

Obra de Mariano Benlliure, la estatua lucía en el Mercat desde 1929, cuatro años después de la muerte del único presidente del Gobierno de Mallorca. El edil de Cultura del Ayuntamiento, Fernando Gilet, asegura que hace una semana ya habían decidido buscar otro emplazamiento con más visibilidad a la escultura, a petición de la familia del propio Maura. "Se encontrará una nueva ubicación para la escultura que estará en el centro histórico, donde nació el político palmesano. El cambio de ubicación tendrá como finalidad preservar un conjunto escultórico de gran valor artístico", afirmó el regidor del PP.

Cuando terminen de recoger las ramas rotas, los operarios desmontarán el pedestal sobre el que se alzaba la escultura. También se guardará en Son Pacs y allí permanecerá durante meses, hasta que se decida dónde colocar la imagen del estadista de Ciutat.

Aparte de podar el ficus, los trabajadores de Parques y Jardines también actuaron sobre un pino, un ciprés y una palmera en la misma plaza. El Ayuntamiento aprovechará el caos climatológico para modificar la vegetación de la plaza. Cort anunció que los voluminosos y característicos palmitos que acompañaban al ficus serán trasplantados a otras barriadas, porque "oscurecen la plaza". El consistorio no explicó si se replantará vegetación en su lugar.