El incendio de la basura que tienen frente al instituto fue la gota que colmó el vaso, aunque llevan años denunciando que el solar público situado en la calle Perú, en el polígono de Llevant, es utilizado como vertedero de escombros, electrodomésticos, muebles y todo tipo de residuos. Ayer había un montículo lleno de televisores antiguos, una decena de colchones viejos, sillas y un sofá rotos y cientos de desechos, aunque lo más grave era que además se acumulaban varios tubos de uralita, que son tóxicos y estaban al alcance de cualquier estudiante del centro educativo de secundaria Antoni Maura o del colegio lindante, el Camilo José Cela.

El incendio que se produjo el miércoles de madrugada asustó a numerosos vecinos de las fincas cercanas y por la mañana aún no había podido ser extinguido, ya que el trabajo de los bomberos fue muy complicado debido a la combustión de la basura. "Olía muy mal, no se podía respirar y el interior del instituto estaba lleno de humo", como explicó ayer un grupo de alumnos. Portavoces del centro detallaron que "una limpiadora se tuvo que marchar a casa porque tiene problemas de asma y le afectó mucho".

Los perjudicados lamentan que el adecentamiento del solar que realiza Emaya cada vez que se quejan "sirve de poco, porque a los dos días está otra vez igual. Vienen camiones llenos de todo tipo de residuos y los descargan aquí", destacan. Una medida en teoría desincentivadora es vallar la zona, que mide alrededor de mil metros cuadrados, aunque "ya lo han hecho varias veces y al poco tiempo te encuentras el alambre roto y el solar de nuevo con basura", añaden.

Tres obreros trabajaban ayer en el cerramiento del terreno, aunque también son escépticos respecto a si servirá de algo. "El miércoles vallamos otro solar frente al colegio público y hoy [por ayer] nos hemos encontrado un montón de escombros en la acera, porque no han podido meterlos". Los vertederos ilegales del polígono de Llevant son solo un ejemplo de los muchos que proliferan por la ciudad.