­Tras los recientes atropellos y muertes de Margarita Albertí y Antònia Mascaró, la primera mientras corría por la acera de la avenida Picasso y la segunda cuando caminaba por la calle Major de Calvià, usuarios del Camí de la Vileta denuncian que su vida puede correr peligro por la falta de seguridad del vial que se habilitó para llegar al hospital de Son Espases.

El tramo de medio kilómetro que hay desde el centro sanitario hasta el aparcamiento gratuito de Son Serra Parera es el arcén de la carretera separado por pilones de plástico que distan entre sí unos 20 metros. Por esta zona peatonal paralela a la calzada transitan cientos de personas cada día y la única protección que tienen son dichas balizas, aunque algunas ya no están debido a que han sido tiradas por vehículos. "Algún día sucederá una desgracia, porque si un coche se choca contra un viandante en lugar de hacerlo contra un poste, lo mata seguro", afirma rotundo el vecino de la zona Miquel Bauzà.

Los pilones de color verde solo están en el lado de la calzada por donde circulan los peatones, ya que justo enfrente hay postes de madera mucho más resistentes y que distan entre sí un metro aproximadamente, colocados para impedir que los vehículos estacionen a lo largo del arcén. En otro tramo del Camí dels Reis también se disuade de aparcar mediante vallas metálicas que impiden el paso.

"Interesa más engordar la caja del parking de la concesionaria de Son Espases que la seguridad de los enfermos y usuarios que se trasladan desde el aparcamiento gratuito al hospital", situado a medio kilómetro, como denuncia el residente. Por este motivo, pide a las administraciones que, "como mínimo, protejan mejor el camino peatonal con pilones o vallas más resistentes".

Paso de cebra "invisible"

Un tramo también conflictivo, según critica otro usuario, es el paso de peatones situado en el Camí dels Reis después del giro al Camí de La Real. A pesar de que se ha instalado un semáforo intermitente, "la mayoría de los conductores no lo respetan, ya que circulan a gran velocidad y no se paran. Es un paso de cebra invisible", destaca.

Por otra parte, hacia el final de la calle Manacor se produjo esta misma semana otro atropello de un peatón, que resultó herido grave. Su hijo, Emilio Soler, pide al Ayuntamiento que ponga un paso de viandantes a la altura del número 148 debido a que mucha gente cruza la transitada vía por ese punto sin desplazarse hasta el paso de cebra más cercano, por lo que hay muchos accidentes.