­El Ayuntamiento de Palma y la asociación de copropierarios del Lluís Sitjar han alcanzado un preacuerdo, que podría ser ratificado en los próximos días, según el cual los títulos de propiedad del antiguo campo de fútbol del Real Mallorca serán permutados por otros equivalentes de Son Moix.

De esta forma, si finalmente se adhiere al acuerdo el club de fútbol, que ostenta al 33 por ciento de los títulos de propiedad, el Ayuntamiento pasaría a ser titular del solar que ocupa el estadio en ruinas. El preacuerdo con los copropietarios ha sido confirmado por el presidente de la asociación, Joan Aguiló, quien manifestó asimismo que aún quedan "algunos flecos" a resolver, como el que hace referencia a si el Ayuntamiento se hará cargo del coste de 1,1 millones del derribo del estadio. Desde el Ayuntamiento, sin embargo, no fue posible confirmar ayer el alcance de las negociaciones mantenidas y en qué punto se encuentran.

El acuerdo aún no se ha alcanzado con el Real Mallorca debido en parte por la actual situación de falta de liderazgo que vive el Club, que provoca, entre otras cosas, al margen del terreno deportivo, la usencia de interlocutores válidos con capacidad para tomar decisiones. Mientras tanto, el plazo para la ejecución subsidiaria de la demolición del estadio, ordenada por el Ayuntamiento de Palma y paralizada por el juzgado a instancias del Mallorca, continúa su curso.

De momento, y si no se ha alcanzado un acuerdo antes de que agoten los plazos para la demolición de las instalaciones, Cort procederá a realizar las obras -una vez que el juzgado haya levantado la suspensión- y pasará la factura a los copropietarios incluido el Real Mallorca.

De todas formas, se trata de una cuestión que probablemente no estará resuelta antes de que finalice el presente año, de ahí que aún quede margen para continuar negociando e intentar llegar a un acuerdo entre todas las partes implicadas.