La oficina del Defensor del Pueblo ha aceptado la solicitud de una veintena de vecinos de la calle Fàbrica para que medie en el problema de la falta de regulación de la vía peatonal. Los residentes afectados, unidos por la asociación Barri Cívic de Santa Catalina, denuncian el exceso de locales de restauración con sus respectivas terrazas -en las que hay unas 700 sillas en un tramo de 500 metros- y el ruido nocturno que ello provoca.

La entidad vecinal explica que, tras tres años sin llegar a un acuerdo entre residentes y Cort sobre la limitación de terrazas en la vía pública que evite el ruido nocturno, han tenido que pedir al Defensor del Pueblo que intervenga, como hicieron hace un mes y acaba de aceptar.

Los afectados detallaron a la institución estatal que su pretensión es que haya "una zonificación de esta calle que incluya medidas restrictivas para la instalación de terrazas y una mayor vigilancia en el cumplimiento de horarios de cierre". La asociación quiere evitar la masificación de locales de ocio nocturno e impulsar actividades diurnas.