­Rafael Estarellas, el comisario de la Policía Local de Palma, que hasta hace poco ocupaba el número 2 del escalafón policial, acusó al teniente de alcalde, Alvaro Gijón y al concejal de Seguridad Ciudadana, Guillermo Navarro, de encubrir al agente que descubrió el amaño de las oposiciones. Se refería a Daniel Montesinos, un policía interino, a cuya cuenta electrónica personal se envió un correo en el que figuraban siete de las diez preguntas de las oposiciones, que después fueron filtradas a varios de los alumnos. Recibió este correo desde el ordenador del entonces jefe de Seguridad Ciudadana de Palma, Enrique Calvo, que tuvo que dimitir al verse implicado en el escándalo de las oposiciones.

Estarellas, que se encuentra de baja laboral, realizó el pasado lunes estas acusaciones cuando declaró como imputado ante la juez Carmen González, que investiga el caso de las pruebas amañadas de la Policía Local de Palma. El comisario detalló las decisiones políticas que se adoptaron con respecto a Daniel Montesinos. Se descubrió que el agente compaginaba su trabajo con la gestión de una correduría de seguros. El régimen de incompatibilidades de la Policía Local prohíbe a los funcionarios compaginar dos trabajos remunerados. Montesinos, además, había protagonizado más de un enfrentamiento con un subinspector, por lo que se decidió apartarlo de la comisaría de la Platja de Palma y enviarlo a otro destino. Esta situación se produjo en el verano de 2012.

Reunión en la Policía

Montesinos estuvo de baja laboral y dejó de trabajar durante dos meses. No se incorporó al nuevo destino. Los mandos de la Policía decidieron que regresara a su puesto en la Platja de Palma. La situación de este agente, según detalló Estarellas, fue analizada en la reunión de la dirección técnica y política de la Policía Local. En esta reunión asistieron el teniente de alcalde, Alvaro Gijón; el concejal delegado de la Policía Local, Guillem Navarro; el director general, Enrique Calvo; el intendente, Antoni Vera; y el comisario Rafael Estarellas. Este último fue quien expuso a los tres políticos y al jefe de la Policía Local que se había descubierto que Montesinos compaginaba su trabajo de policía con la dirección de una correduría de seguros, que había sido de su padre. De hecho, se sospechaba que aprovechaba las horas de trabajo para contactar con nuevos clientes.

El comisario advirtió de la posible incompatibilidad de Montesinos, con quien antes había comentado esta situación. El policía le había explicado que había heredado el negocio de su padre, y se había ofrecido a cambiar la titularidad de la empresa. Estarellas indicó a los tres políticos la posibilidad de abrir un expediente disciplinario y detalló que al tratarse de un policía interino tendría graves consecuencias. También les informó de que el policía le comunicó que le habían detectado una grave enfermedad y que deseaba reintegrarse a su grupo de trabajo de la Policía.

El comisario aseguró que Gijón, Navarro y Calvo “minimizaron la importancia de la incompatibilidad” y acordaron que no actuarían contra el policía ni se abriría ningún expediente si cambiaba la titularidad del negocio. Estarellas se limitó a cumplir la orden.

También detalló en su declaración que un mando de la Platja de Palma presentó al menos seis denuncias disciplinarias contra Montesinos por irregularidades en el servicio. Este subinspector redactó los correspondientes informes y los envió al cuartel de San Fernando. Se nombró a un instructor para que impulsara una información reservada.

Meses más tarde el intendente Antoni Vera le comunicó al comisario Estarellas que todas las denuncias se archivaban. Unas porque la infracción había caducado y otras porque se consideraron improcedentes.

Los investigadores sospechan que estos expedientes fueron archivados porque Montesinos presionó a los jefes de la Policía Local con unas pruebas muy comprometedoras. Se refería al documento que demostraba que el director general Enrique Calvo le había enviado un correo con las preguntas del examen, tras pedirle que lo reenviara a dos de los policías que se presentaban a la prueba y que lograron obtener una plaza de la oposición.

El comisario Estarellas, que formó parte del tribunal examinador y redactó varias de las preguntas, mantuvo ante la juez que no intervino en la trama para amañar las oposiciones y que no filtró ningún examen.