El primer teniente de alcalde de Palma, Álvaro Gijón, desplegó todas sus influencias en enero de 2013 para conseguir la puesta en libertad de su hijastro, un joven de 20 años que había sido detenido por enfrentarse a golpes a un policía cuando estaba ebrio, y que estaba a punto de ser encerrado en los calabozos del cuartel de Sant Ferran, en Palma. El muchacho no llegó a entrar en la celda. Esa misma madrugada se presentaron en las dependencias policiales el propio Gijón -que entró en la zona destinada a los detenidos, algo terminantemente prohibido a sus familiares- y el que entonces era el intendente jefe del cuerpo, Antonio Vera -actualmente de baja e imputado por el presunto amaño en las oposiciones del cuerpo-. El jefe de Policía hizo que el joven detenido quedara en libertad en cuestión de horas, sin necesidad de ser conducido al juzgado de guardia.

Los hechos, cuyo relato ha sido confirmado por diferentes fuentes policiales, comenzaron sobre las cuatro y media de la madrugada del 20 de enero de 2013, durante las celebraciones de Sant Sebastià.Una patrulla de la Policía Local de Palma que circulaba por la plaza Mediterráneo observó a un joven que recogía una lata de bebida del suelo, la lanzaba al aire y le propinaba una patada, de forma que el envase impactó contra varios coches. Los agentes le dijeron al chico que recogiera la lata y la echara en una papelera, a lo que él les contestó: "No me da la gana". Los policías salieron del coche y le pidieron su documentación, y de nuevo el joven se negó, e intentó marcharse. Un agente le sujetó del brazo y el chico respondió con aspavientos. Comenzó entonces una discusión en la que, según los policías, el muchacho les amenazó con frases como: "De mí te vas a acordar toda tu vida, que soy el hijo de Gijón y os va a empurar, os voy a quitar el traje".

El muchacho seguía intentando marcharse, así que le sujetaron entre los dos agentes. Durante el forcejeo uno de los policías recibió un golpe en el muslo y el joven cayó al suelo, sufriendo una pequeña herida en el labio. Dos policías nacionales, testigos del incidente, les ayudaron a reducirle, ya que el chico se comportaba de forma muy violenta y lanzaba patadas. Mientras le detenían por un delito de atentado contra agentes de la autoridad, el joven seguía profiriendo amenazas: "¡No sabéis con quién estáis tratando, os cogeré fuera de servicio y os voy a matar!".

Una llamada a Álvaro Gijón

El joven fue identificado finalmente como A.J.S.J., nacido en 1994. Cuando se le informó de su derecho a informar de su detención a un familiar dio el número de su padrastro, el teniente de alcalde de Palma Álvaro Gijón. Eran poco después de las cinco de la mañana. Mientras tanto, una patrulla le trasladó a Son Espases para que le curaran la herida que había sufrido en el labio durante el forcejeo. El policía que recibió el golpe en la pierna fue atendido también en la Mutua Balear.

A las seis y media de la mañana el joven fue trasladado desde hospital al cuartel de Sant Ferran, donde se iniciaron los trámites para tomarle la reseña como detenido en una sala ubicada junto a los calabozos, en el sótano del edificio.

No llegó a entrar en la celda. Sobre las siete de la mañana se presentaron en las dependencias policiales Álvaro Gijón y el que entonces era el máximo responsable de la Policía Local, el intendente jefe Antonio Vera. Los dos se metieron en la sala de reseñas. Fuentes policiales destacan aquí una primera irregularidad. La presencia en esta sala de familiares de los detenidos está terminantemente prohibida.

Cuando llegaron, el joven estaba sentado y esposado. El intendente Vera se dirigió a uno de los policías que estaba redactando el informe sobre lo ocurrido, y le dijo que le quitara las esposas de inmediato. El policía llevaba poco tiempo en el trabajo y no reconoció a Vera, que iba vestido de paisano. Se negó a hacerlo. El jefe, con un tono mucho más duro, le ordenó al agente que le quitara las esposas al detenido. El policía finalmente obedeció.

Poco después, sobre las ocho de la mañana, se presentó en Sant Ferran el abogado solicitado por el padrastro del detenido. Se trataba de José Sierra, que fue concejal durante la alcaldía de Catalina Cirer.

No recuerda nada

En su declaración, el joven reconoció el altercado que había mantenido con la patrulla policial en la plaza Mediterráneo. Según manifestó, cuando ocurrieron los hechos estaba bajo los efectos del alcohol por lo que no recordaba nada de lo que había pasado después. No tenía constancia de haber mantenido ningún forcejeo ni de haber agredido a nadie.

A las nueve menos diez de la mañana, el detenido queda en libertad. Se trata de la segunda circunstancia anómala en este asunto. El procedimiento habitual en cualquier caso de un delito de atentado contra un agente de la autoridad es que el arrestado permaneciera en los calabozos durante un tiempo máximo de 72 horas que marca la ley, y que una vez confeccionado el atestado sea conducido a disposición judicial. Una vez allí, sería el juez quien, tras tomarle declaración de nuevo, decidiera si quedaba libre o si le imponía alguna medida cautelar.

En este caso, el hijastro de Álvaro Gijón pasó menos de dos horas en Sant Ferran. Desde las siete, cuando llegó de Son Espases, hasta antes de las nueve, cuando quedó libre.

Cuando se hicieron las diligencias de puesta en libertad del joven A.J.S.J., los policías tuvieron que justificar el motivo por el que no se trasladaba al arrestado directamente al juzgado de guardia, como es habitual en estos casos. Se recurrió a un motivo humanitario. Se hizo constar que el joven quedaba libre porque tenía que hacerse cargo de su hermana menor de edad, de cinco años, debido a la ausencia temporal de su madre. El informe recalca también que los hechos por los que había sido arrestado son considerados un delito menor y no existía riesgo de fuga, una vez comprobada la identidad y el domicilio del joven.

En cualquier caso llama la atención la urgencia con la que se determina que el joven quede en libertad para cuidar de su hermana, justo después de reconocer que apenas unas horas antes, cuando fue detenido, iba tan ebrio que no podía recordar nada.

Desde el cuartel de la Policía Local se envió un fax al juzgado de guardia informando de la detención y puesta en libertad del joven, para que fuera citado. El comunicado iba firmado por el intendente jefe.