La última carta no era un as. La oferta del Ayuntamiento para que la Casa de Andalucía celebrara la Feria de Abril en la cuña verde no ha funcionado. La asociación presidida por José Martínez se niega a utilizar este espacio por temor a que los vecinos vuelvan a protestar, incluso a pesar del compromiso de cerrar las casetas a las 3 de la madrugada, por el ruido.

Tras más de un mes de idas y venidas, de ofertas y contraofertas, los aficionados a las sevillanas que se reunían en la feria grande, la de Abril emulando la popular cita de Sevilla, verán defraudadas sus expectativas de fiesta. Además se da la circunstancia de que se interrumpe justo en su 25 aniversario.

La Casa de Andalucía remitió ayer un escrito a la delegación de Gobierno, Cort y a distintas concejalías implicadas en el que les anunciaba su renuncia. Si Cort recurrió a la asociación como medida "excepcional", también "deberían haber sido similares los términos exigidos en la convocatoria", opinó Martínez.

Por dos veces, la empresa de espectáculos TRUI no cumplió el pliego de condiciones del concurso convocado por el Ayuntamiento de Palma. Al quedar desierto el certamen público para instalar las casetas de la feria en el polígono de Son Rossinyol, donde se venía celebrando en los últimos diez años, fue cuando Cort recurrió a la Casa de Andalucía y a la Hermandad del Rocío para que se hicieran cargo de la misma.

El ayuntamiento estaba dispuesto a ceder los 27.000 metros cuadrados para que se instalasen las casetas y atracciones de feria. El canon que debían satisfacer los particulares ascendía a 1.138 euros. La Casa de Andalucía, además, quería regresar al origen de la feria recuperando su aire más ´sevillano´ y no de lugar de botellón y discoteca en que se había convertido en las últimas ediciones.

La asociación se puso en contacto con los feriantes de Es Ram para utilizar los terrenos de Son Fuster compartiendo feriantes y los regentes de las casetas la misma licencia de actividades ya que algunos feriantes se abrían ido ya y dejarían su espacio libre para instalar los kioscos de la Feria. En ese sentido, siempre y cuando se hubiera alcanzado un acuerdo, la Feria tendría un tamaño inferior. No se llegó a acuerdo porque "económicamente era inviable", indicó Martínez.

Volvió a barajarse la opción de Son Rossinyol pero la falta de tiempo para cumplir los requisitos volvió a tumbar, ahora ya definitivamente, la Feria de Abril de 2014. En sus 25 años.