El hotel Uto ya es historia. El antiguo alojamiento turístico del barrio palmesano de Sant Agustí ha finalizado el proceso de reconversión a un bloque de apartamentos de lujo. La empresa promotora Bendinat ha completado los trabajos en poco más de un año: en diciembre de 2013 acabaron las obras y han entregado las llaves a los nuevos propietarios, que ya habitan en lo que antes era un edificio abandonado y ruinoso.

La compañía presentó ayer en sociedad el proyecto terminado, que recibe el nombre de Bendinat Mar. Han invertido 50 millones de euros en remodelar el inmueble. La gran mayoría de los pisos se vendió sobre plano y todos ellos antes del fin de obra, lo que según la promotora es "un hito en la historia del sector inmobiliario mallorquín".

La mayoría de los compradores son de origen extranjero -con predominio de suecos, alemanes, británicos, franceses y españoles-. Utilizan los pisos como una segunda residencia. Los ochenta pisos de lujo tienen entre 100 y 225 metros cuadrados. Sus precios oscilaron entre el medio millón y los dos millones de euros. Todos gozan de vistas al mar y disponen de comodidades como gimnasio, dos piscinas o zonas verdes privadas.

Las cifras facilitadas por la empresa señalan que las obras de reconversión han dado trabajo a unas 280 personas durante un año y que se han generado hasta 17.000 toneladas de escombros.

De la ruina al lujo

El presidente de la compañía Bendinat, Adolfo de Coene, explicó ayer que la primera vez que visitó el inmueble se encontró con "un espectáculo cochambroso", debido al estado de abandono del antiguo hotel.

"Había muchas zonas deterioradas por el vandalismo, habitaciones llenas de pájaros muertos y otras que habían sido utilizadas para ritos de magia negra. No obstante, las vistas eran insuperables", agregó el empresario, lo que en seguida se animó a comprar el edificio y destinarlo a uso residencial.

La remodelación del antiguo hotel Uto, que durante muchos años engrosó la lista de los activos tóxicos de la banca, supone un punto de inflexión hacia la reconversión del barrio de Sant Agustí. Los cambios en el club náutico de Calanova o la futura construcción de un centro de interpretación del parque natural de Cabrera serán dos de los elementos que también configuren esa renovación de la zona costera.