Una vecina del barrio palmesano de la Soledat celebró ayer su cumpleaños de tres cifras más que simbólicas: ya tiene 105 años. Se trata de Juana Prats Mayans, que perfectamente podría ser la abuela de Palma. Nació el 17 de febrero de 1909 y desde entonces ha disfrutado de vivir en la capital mallorquina.

Prats mantiene un buen estado de salud, aunque con algunas limitaciones debido a las muchas vivencias que acumula a sus espaldas. Sus hijas, Juana y Catalina Peña, recuerdan que pasó sus años de infancia en sa Gerreria y fue bautizada en la iglesia de Sant Miquel.

Se quedó huérfana a los 7 años y cuidó de ella una tía que murió a los 102 años, así que en su familia ya había antecedentes del gen de la longevidad. "El médico ya me dijo de joven que sería de bon llenyam y Dios le escuchó", bromea.

En su época de juventud, aprendió a hacer pantalones, aunque tras casarse trabajó como ama de casa. A día de hoy, tiene cuatro hijos, siete nietos y nueve bisnietos.

Ahora vive con sus hijas y una trabajadora social le ayuda cada día con su higiene personal. Su familia recuerda que durante toda su vida fue una mujer "muy sociable, alegre y vitalista". "Siempre me he llevado muy bien con la gente. Me habían mucho caso, porque yo también les trataba bien", explicó ayer la cumpleañera a este diario desde su domicilio.

Prats todavía exhibe sus dotes ­­como cantante. Su canción favorita es La Caracola, que se arranca a cantar con asiduidad. La asociación Bona Gent de Santa Catalina -a la que acudía cada domingo- recuerda bien la tonada, ya que se la dedicó a todos los jubilados en más de una ocasión. Como agradecimiento, la entidad la ha homenajeado cada año, ya que la consideran su padrina honorífica. Entre otras de sus aficiones estaban las excursiones o los disfraces. "Una vez me vestí de apache y otra de hombre", rememora.

Este fin de semana celebró de forma anticipada su cumpleaños en una finca de Sineu rodeada de toda su familia. "Me conformo con todo lo que tengo y le doy gracias a Dios", asegura Prats.