El obispo de Mallorca, Javier Salinas, se plantea denunciar ante los juzgados al colectivo que el domingo interrumpió la misa en Sant Miquel para proclamar el aborto "libre y gratuito". Tras una eucaristía celebrada ayer en esta iglesia, el prelado avanzó que los servicios jurídicos de la diócesis están estudiando el caso para actuar en consecuencia, ya que "la violencia no puede ser un instrumento para defender un argumento" y la acción realizada por una treintena de jóvenes al inicio de la misa "era violencia psicológica", según lo definió el Obispo tras la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo. "Es preocupante que sucedan estas cosas, aunque tenemos la confianza de que no llegue a más", añadió Salinas.

Incidió en que estos actos no deberían tener cabida en una sociedad democrática y que vive en libertad, debido a que "se pueden defender por el camino del respeto". Y al ser preguntado por las acusaciones de injerencia de la Iglesia en un Estado laico, el máximo prelado de la isla afirmó que "es una teoría falsa, ya que la Iglesia no vota. Nosotros, como cualquier grupo, damos nuestra opinión. Hemos aprendido la lección y distinguimos entre la sociedad civil y la religión", según sus palabras.

Respecto a la opinión de Javier Salinas sobre el anteproyecto de ley del Gobierno, considera que "la vida es una realidad que hay que custodiar e impulsar. Los grandes valores de la vida son muy frágiles. No todo es posible, hay límites, y el mandamiento no matarás se aplica literalmente al niño no nacido. Tenemos que trabajar a favor de la vida", tal como instó a los feligreses antes de finalizar la misa que presidió ayer en Sant Miquel. El Obispo concluyó su alocución pidiendo a los feligreses que afronten esta situación con serenidad.

Silencio político

La organización Derecho a Vivir denunció ayer "el silencio del PP, PSOE y Més ante la campaña de agresiones que han empezado grupos proabortistas en contra de la libertad religiosa", tal como advirtieron en un comunicado de prensa en referencia al acto del domingo, que se atribuyó el grupo Antipatriarcals Mallorca, y a una pintada realizada frente a la fachada del Obispado por el colectivo Brigadas Feministas. Los denunciantes calificaron de "kale borroka" esta campaña, que ha sido "orquestada desde grupos proabortistas y dirigida a coartar la libertad religiosa de los católicos en Balears mediante actos de agresión directa".

Por ello, solicitan a la fiscalía, a la Delegación de Gobierno y el Govern que garanticen la libertad de culto y el ejercicio en libertad de los derechos constitucionales individuales y colectivos, según la nota de prensa.