Los trabajadores de Emaya han aportado más de 3.000 kilos de comida y de bienes de primera necesidad para las familias con menos recursos, durante la presente campaña de Navidad.

La iniciativa, que se repite por cuarto año en la empresa pública palmesana, ha permitido sumar 1.900 kilos de las aportaciones de los empleados, que han regalado alimentos no perecederos y han entregado bienes de sus cestas navideñas. El resto parten de donaciones de cadenas de supermercados.

El gerente de Emaya, Pedro Campaner, agradeció "el caudal de solidaridad de todos los empleados y empleadas de Emaya que han reafirmado su vocación de servicio público mostrándose especialmente sensibles hacia las necesidades de las familias más castigadas por la crisis".

La comida y el resto de productos han sido entregados en el casal de Can Gazà, el convento de los Caputxins, las Hermanitas de los Pobres y es Refugi.