No es la milla de oro comercial de Palma ni piensan en ella los que van de compras al centro, pero la calle Torcuato Luca de Tena se encuentra a dos pasos de las concurridas Avenidas y tiene establecimientos de todo tipo, por lo que los residentes de Pere Garau no necesitan salir de su barrio para realizar las compras de Navidad. Además, desde ayer, prácticamente todas las tiendas de Luca de Tena -30 negocios- tienen otra cosa en común: han unificado la decoración de estas fiestas y reciben a los clientes con una alfombra roja flanqueada por dos arbolitos blancos de los que cuelgan algarrobas pintadas de rojo con purpurina.

"La idea surgió como un juego, de forma espontánea. Con otros comerciantes de la calle, se nos ocurrió hacer algo por Navidad", relata Francisca Nicolau, quien regenta la papelería Es Ferreret junto a su hermana Antònia. A Xisca se le encendió la bombilla y enseguida pensó en decorar los establecimientos de forma "artesanal, natural y barata. No había tiempo para organizar un sorteo o un mercadillo navideño, y pintar algarrobas y unas ramas de árbol era fácil", destaca.

Corrieron la voz y casi todos los comerciantes -30 de unos 40 existentes- quisieron participar. Para estar mejor organizados, crearon la asociación comercial de la calle, aunque esta entidad no se limitará a decorar Luca de Tena por Navidad, ya que otro de sus objetivos es dar a conocer el pequeño comercio del barrio y mostrar que "no sólo hay tiendas de chinos, sino establecimientos de todo tipo, como una zapatería, una tienda electrodomésticos, otra de ropa, dos peluquerías y papelerías, una perfumería, una óptica, una joyería, servicio de asesoría fiscal e ingeniería", entre otras especialidades.

María y Paco -el encargado de recoger 900 algarrobas y 360 ramas del campo-, Marga, Eva y hasta una treintena de pequeños propietarios se sienten en cierta manera discriminados por el Ayuntamiento, debido que "sólo se acuerda de promocionar la Navidad en el centro y no ayuda al comercio del extrarradio", tal como lamentan las hermanas Nicolau. "Las tiendas de barrio notamos mucho la crisis, ya que nuestros clientes son residentes trabajadores que sufren despidos, reducción salarial y recortes que hacen que tengan menos dinero para comprar", como argumenta Francisca. Y la administración, "en vez de facilitar una iniciativa como la de decorar la calle, pone trabas burocráticas para colocar la alfombra y las macetas, por ejemplo", añade.

Antònia destaca que "para combatir la crisis y ofrecer algo original, no hay nada mejor que las manualidades, que es más barato y menos comercial". Han puesto de moda las algarrobas como adorno navideño y desde el primer día la iniciativa ha tenido una gran acogida por parte de los vecinos de Pere Garau.

La mayoría de los clientes son habituales y, en la papelería Es Ferreret, han sido decisivos para que este negocio finalmente no cierre el 31 de diciembre, como se plantearon las hermanas Nicolau. Tras 15 años en la calle Luca de Tena, la crisis hizo mella, por lo que en verano decidieron cerrar a finales de año.

Muchos clientes lo lamentaron y algunos lloraron, se sucedieron las anécdotas de veinteañeros que recordaban las adquisiciones de su infancia en la papelería, y numerosos vecinos animaron a Xisca y Antònia a continuar, con la esperanza de que haya pasado lo peor de la crisis. Su iniciativa navideña ha logrado al menos "contagiar el buen ánimo".