A veces las ciudades no son agradecidas. Palma no lo es con Mario Verdaguer Travesí, el escritor, periodista, traductor, que la retrató como pocos en La ciudad desvanecida. Sus familiares no reprochan pero si muestran su perplejidad ante el olvido. "No tiene ni una calle dedicada", señala su biznieta Lluïsa Calafat. El trato en su tierra, Menorca, y en otro de sus escenarios vitales, Barcelona, es diametralmente opuesto.

Con todo, los descendientes baten palmas. Coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte del escritor menorquín, el próximo 16 de diciembre se presentará la nueva edición de La ciudad desvanecida, con 21 capítulos más y dibujos y bocetos inéditos. José Carlos Llop, conocedor al detalle de la obra verdagueriana, ha escrito el prólogo. Guillermo Canals ha editado una obra agotada. El editor mallorquín ya publicó Medio siglo de vida íntima barcelonesa.

Cuatro décadas han pasado desde la primera edición de La ciudad desvanecida, que al catalán fue traducida por Nina Moll en un libro editado por la Caixa. En la actualidad se encuentra en librerías la versión catalana; la original escrita en castellano se localiza en una edición para bibliófilos en Ripoll.

Isabel Ponseti, nieta del escritor, y su hija Lluïsa, "sobre todo ella", puntualiza la madre, han estudiado a fondo el legado del escritor. "Él siguió escribiendo más capítulos tras haber ganado el concurso conovocado por el Círculo Mallorquín con La ciudad desvanecida. Su idea era la de hacer unas memorias", comenta Calafat.

En la versión ampliada salen escritos sobre los barrios de Santa Catalina, El Terreno, la calle Sant Miquel y otros dedicados a personajes como Samper, del que ya escribe en la primera versión. "El volumen que se editará ahora es más equilibrado y con más escenarios", opina su biznieta.

El medio siglo del fallecimiento se completará con otras actividades que arrancan hoy con la conferencia Aproximación biográfica, a cargo de Lluïsa Calafat, en la Biblioteca de Cort, lugar donde trabaja. Se trata de un repaso a los acontecimientos vitales más importantes de un personaje poliédrico.

Antes de empezar ya se cuelga el ´no hay entradas´. Los itinerarios por la ´ciudad desvanecida´ están llenos. No han bastado con tres días, el 28 de noviembre, el 2 de diciembre y el 5. Se añade el 12. La visita a los principales escenarios del libro empezará en la sede del Círculo Mallorquín, actual Parlament balear, se describirán con anécdotas e historias que Verdaguer dejó en su libro. Lluïsa Calafat y Jaume Munar serán los ´lazarillos´ de estos paseos.

Ya en el 2014, el homenaje continuará con la proyección del documental La Ciutat Esvaïda, realizado por La Periférica, y la locución del capítulo del libro El primer cinematógrafo en Cineciutat.

"Mario Verdaguer no reconocería la actual Palma, aunque vería siempre el lado positivo. Con lo que no pudo nunca fue con el turismo. Ya lo expresó en Un verano en Mallorca. Decía que el turismo afeaba la isla", cuenta su nieta Isabel Ponseti. Verdaguer nació en 1885 y murió en 1963. Cabe destacar su labor como traductor de obras de Thomas Mann, La montaña mágica, y de Ernst Jünger, Tempestades de acero.